Penúltimo ensayo para la cuenta atrás
El Barça lo tiene muy complicado, pero de momento no hay mayor posibilidad que la de aferrarse al clavo ardiendo. Otro milagro. Si no hubiera sido de las derrotas frente al Eldo Nápoli y la Benetton ahora mismo no haría falta depender de otros rivales, como el Dynamo y Olympiakos, que realmente lo tienen mejor que los de Ivanovic. La única posibilidad que se baraja es que el Dynamo pierda por once puntos en el partido que disputará frente al Efes Pilsen en Estambul mientras que el Olympiakos pierda en casa frente al RheinMahn Energie. Si el destino decide que ambos pierdan el Barça de todos modos debe ganar en la pista del Aris de Salónika. Pista difícilisima similar al infierno turco. El Palais des Sports de Salónica.
Este recinto recoge a una de las aficiones más violentas de Europa. Tristemente la afición del Aris ha sido conocida por sus enfrentamientos sangrientos contra los aficionados del equipo rival de la ciudad de Salónica, el PAOK. El Barça no tiene porque temer a esta afición, puesto que no hay una rivalidad ni histórica ni deportiva contra el Aris. Pero debe ser consciente de que es sin lugar a dudas una nueva prueba para prepararse para el partido frente al Unicaja. Desde que establecimos el periodo de pruebas, véase Fenerbahçe, Estudiantes, CSKA y Pamesa, es cierto que el balance es de dos victorias por dos derrotas, pero las sensaciones han mejorado en los últimos dos partidos y falta por ver si van a tener continuidad. Hoy se verá y el domingo se confirmará si el equipo de Dusko esta preparado.
El Aris se presenta sin apenas novedades. Ha ganado todos sus partidos en su pista, exceptuando al excelente CSKA que ha sido el único rival en profanar su territorio sin consentimiento. El resto han sucumbido ante esta ruidosa pista, la Benetton, el Zalgiris, el AEK de Atenas. Es más ha sido capaz de ganar al Olympiakos en su pista, hecho que sólo lo ha podido hacer el Panathinaikos. Han crecido en cuanto al nivel de juego y lo cierto es que van por la senda correcta.
Como en su día es un equipo muy físico y rápido. Por momentos la podríamos catalogar, salvando las distancias obviamente, con la Penya. En su pista se crecen, y juegan a varias revoluciones por segundo. Ritmo frenético, defensa intensa a tres cuartas partes de la cancha y sin dudas una dura prueba para Ukic y Grimau. Su promedio de recuperaciones es de 20 por encuentro. Una barbaridad, veremos como evolucionan.
Habrá que estar atentos a Terrell Castle y a Alex Scales, que llevarán el peso anotador, sin olvidar una virtud que tienen los helenos y que no tiene el Barça. El rebote ofensivo. Son capaces de capturar hasta 11 rebotes. Lo que permite a Scales anotar triples con confianza. A parte de esto, no deben dejarse sorprender por Michael Wilkinson que ya en la ida en el Palau hizo una actitud soberbia anotando 25 puntos y capturando 6 rebotes ni por Jeremiah Massey. Dos hombres que pueden sorprender al Barça en el fatídico tercer cuarto. Y con la grada jaleando, al menos por parte de la Prensa y el departamento de comunicación del Aris así ha sido. Ambiente infernal y equipo complicado, lo ideal para seguir creciendo.
La ida en el Palau con resultado muy ajustado.