martes, julio 25, 2006

China. El gigante que todavía continua durmiendo.






China. Yao Ming la situó en el mapa cuando fue elegido número uno del draft hace dos años. Un techo de 2.27. Agil como una pluma, rápido, y donde basarían el juego ofensivo los Houston Rockets. Buen tiro de media distancia. Presencia en ataque. Y un defecto. Poca musculatura. En eso se resume Yao Ming y esos son los argumentos de la selección china.

China como en otros aspectos sociales y económicos, ha utilizado el deporte como campaña publicitaria, los Juegos Olímpicos de Pekin servirán para comunicar al mundo que ya se les puede considerar un país del primer mundo. La escena es perfecta. El deporte como símbolo de riqueza y desarrollo de familias de clase media. China dispone de influencias anglosajonas, desde su explotación téxtil por los ingleses hasta la colonización de Hong Kong. El país se alejó poco a poco de la mentalidad européa y aproximándose a la mentalidad anglosajona que combina y relaciona el esfuerzo como motor del éxito individual. El fenómeno deportivo es sensible, como en otras facetas culturales, a los movimientos sociales, y no es de extrañar que sus opciones en los Juegos Olímpicos se centren en las especialidades deportivas más dominadas por los americanos, la natación, el atletismo y el baloncesto, tres disciplinas sumamente protegidas por la comisión deportiva china.


En la que al baloncesto se refiere, China cuenta con un proteccionismo exagerado que impide la liberalización de los activos de los clubes, los jugadores. Si son menores de 22 años tienen prohibido marchar del país y si superan esa edad deben pedir permiso a la CBA (China Basket Association) que estudia el caso y deniega u otorga la posibilidad de marchar del país. Este hermetismo provoca que los jugadores desconozcan nuevos sistemas tácticos, que se estanquen en el mismo sistema de juego chino y que no desarrollen en su totalidad los conceptos del juego.

La influencia extranjera es mínima. Sólo se permiten disponer de dos extranjeros y se les regula los minutos en pista, este hecho provoca que no haya mucha riqueza en el juego en la competición china. A esto hay que añadir las características físicas de los chinos. En un país de 1.300 millones de habitantes existen muchas posibilidades de disponer de jugadores de más de dos metros, aún así la genética asiática se caracteriza por unos cuerpos con poca masa muscular, muy frágiles, aspecto muy importante en el baloncesto. Podría haber un cambio genético si la inmigración tuviera mucho peso, de hecho no se puede comparar con Japón, donde hay muchas familias donde se mezclan rasgos asiáticos con rasgos afro americanos. En el próximo mundial en Japón lo podemos comprobar, la fisonomía de los jugadores japoneses es muy distinta de los que pertenecen a la selección china. La competición china es una copia falsa y barata de la NBA, apodada CBA, dispone de dos conferencias y partidos a cuatro cuartos de 12 minutos. La puesta en escena es similar a la competición americana, mucha música, el mismo estilo de pabellones, la diferencia reside en la mediocridad del juego pero aún así distinguimos a varios elementos protagonistas en la selección.

En la selección china encontraremos varias figuras de esta competición, Jianlian Yi, Wang Zhizhi, y Sun Yue que acompañaran a Yao Ming, o no puesto que lleva tres meses lesionado,en este reto que se convierte el mundial de Japón. De Jianlian Yi dispone de un talento similar al del los ala pivots modernos de Europa, tiene mucho margen de mejora, autoridad para acercarse al aro pero le falta adquirir los recursos para desprenderse de los marcadores. Su destino natural debería ser Italia, pero las autoridades chinas lo impiden.

De Wang Zhizhi, un ex NBA, díscolo con la federación de su país, puesto que renunció a la selección china para dedicarse a su periplo estadounidense, fue expulsado de la selección acusado por desertor y sólo fue readmitido tras pedir disculpas publicas y volver a la competición doméstica china. Hombre muy alto 2.16 pero excesivamente endeble, fue el primer jugador asiático en disputar la NBA, dispone de mucho talento pero la naturaleza impidió que se hiciera un hueco en Estados Unidos.

Sun Yue, el base más alto de la competición, 2.05, una auténtica tentación para cualquier equipo, pero siendo realistas, dispone de mucho talento ofensivo, facilidad de desmarcaje y capacidad de anotar, pero un base muy alto supone una bendición para un base de corte defensivo más bajo, puesto que le es más sencillo robar el balón, es el argumento que ofrecen los entendidos para descartar a este jugador al más alto nivel.

China puede ser el ejemplo de que no por ser más alto se disponen más posibilidades de éxito en el baloncesto, la naturaleza impedirá, al menos momentáneamente, augurar un buen papel de una selección china a medio plazo, deben aportar unas reglas menos intervencionistas en el plano deportivo, ser más flexibles a los conceptos de juego desarrollados tanto en Europa como en Surámerica. El hecho de disponer de infrastructuras interesantes es válido para promocionar el baloncesto, pero como en todos los aspectos la presencia de extranjeros en la propia competición puede aportar mayor riqueza en el juego que desarrollan, quizás así el gigante se despierte, aún todavía dormido.



Fotos: Wang Zhizhi y Yao Ming pugnan por un balón en un partido de la NBA

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1 Comments:

At 16/8/06 02:15, Anonymous Anónimo said...

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