La rebelión de las máquinas

No deja de ser la apropiación de un título de una película mala pero que defiende un concepto muy interesante, la dependencia de la sociedad hacia las nuevas tecnologias. Una vez más, la tecnología y la polémica van cogidas de la mano gracias a la desinformación y la posterior ignorancia de los consumidores. La red global nos posibilita acceder, adquirir y consumir contenidos sin tener que desplazarse más allá de nuestro lugar de trabajo, de estudio o desde nuestro propio ordenador personal. De eso nadie comenta nada y sólo se transmite el enfado y el ruido generado por unos miles de aficionados que por cuestiones técnicas no han podido adquirir una entrada.

Un servidor ha podido en su corta vida laboral, apenas cinco años, vivir la experiencia en la gestión y mediación de compra y venda de entradas tanto por telefono como por internet. Y siempre ha habido problemas. Son conocidos, y a la vez olvidados, los eventos que, popularidad al margen, siempre se han caracterizado por la polémica. Recuerdo a simple vista una polémica mucho mayor con la venda de entradas de la gira de la primera generación de Operación Triunfo, los conciertos de Bruce Springsteen y Madonna, y algo más regular como la gestión de los abonos anuales de palcos del Liceu de Barcelona. Son momentos en que oferta y demanda nunca son asimilados por la tecnología, momentos puntuales con mucha afluencia, y que en ninguna situación se mejoraría. ¿Acaso alguno de ustedes no recuerda el pasar la noche, o días enteros, en las puertas de su facultad para tener el privilegio de matricularse en los mejores horarios?

Son situaciones que generan antipatía y mucha impopularidad de la competición y la patronal que lo organiza. Se pueden sacar réditos políticos y de influencia social sobre ello. Pero no oculta la realidad evidente. Son pocas entradas para una demanda de 60.000 personas como se ha llegado a cifrar en uno de los reiterativos colapsos. Quizás todo se hubiera solucionado si en vez de ofrecer abonos se ofrecieran entradas sueltas. Más personas hubieran accedido pero tampoco hubiera sido al gusto de todos. Por lo que recomiendo ante una situación que ni hay y ni siquiera nadie ofrece soluciones, complacencia, tranquilidad y aceptación de lo ocurrido relativizando la situación, observando la competición donde mejor se puede percibir pero donde peor se puede sentir el ambiente, es decir, delante del televisor. Para aquellos que vayan felicitarles y desearles una feliz estancia y un mejor regreso. Para los que se quedan otra vez y otro evento será.

Por saturación inténtelo más tarde

Finalmente se optó realizar la venta por medios tradicionales, gestión telefónica de entradas