jueves, abril 05, 2007

Unicaja se somete a la encerrona azulgrana.


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El partido más importante de la temporada. Se la juegan. Así es como se vive el partido desde la óptica azulgrana, en una temporada que ha acostumbrado a los azulgranas a vivir como funambulistas en vez de jugadores de baloncesto. Vivir y sobrevivir al borde del abismo. Pasó al clasificarse para la segunda fase de la Euroliga, sin sobresaltos pero sin autoridad, ocurrió lo mismo al clasificarse para la Copa, y se ganó es cierto, pero se sufrió. Y vuelven a aparecer los fantasmas de una eliminación ahora en los cuartos. Con urgencias. Como la del ciudadano medio que vive al día. Sin crédito.

Y se apela al Palau, lo cual me parece muy bien. Apelar al Palau es jugar a la ruleta rusa, pero con el mismo sentido común de un ludópata. Si se gana se recupera el equilibrio mental, pero si se pierde tocará volver a gastar. Viviendo al día, o mejor dicho sobreviviendo. Si se pierde se puede dar por finiquitada la temporada. Se hará larguísimo, no lo duden. Se hablará de bajas, desde el jugador que menos juega, Kasun, hasta los jugadores políticos, como Rodrigo de la Fuente, hasta el entrenador, Ivanovic, el secretario técnico, Savic y la estrella Navarro. Todos en el punto de mira y pocos se salvarán. Reconstruirse a partir de las cenizas de un Palau incendiado e incendiario. Por eso es tan importante la victoria hoy.

Si se gana se alargará la ilusión, el sueño, o la utopia de ser campeones de Europa. O lo que es lo mismo, se mantendrá la llama que mantiene a los aficionados de este club para sentirse vinculados esta temporada a este equipo que tantas dudas genera. Capaz de lo mejor y de lo peor consigo mismo. De sentir orgullo y también de autoinmolarse. De provocar el Carpenazo y salir trasquilado de él un més después. Quizás no hay motivos racionales para apostar por este equipo, pero si de algo se caracteriza el deporte y de las masas que arrastran es el saber gestionar las emociones. Quizás la emoción será la principal arma de este Barça para el día de hoy. Y para ello, nada mejor que un partido en estas fechas para que lo que no argumenta lo racional lo pueda hacer lo espiritual para hacer una llamada a la afición. Creer en ello. La fe.


Foto: En portada, uno de los principales termómetros del Palau. Por no hablar del principal. Sang Culé.







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