Congreso ACB, proyecto económico y la independencia política

Definido el qué se quiere ser y concretado el cómo se va a demostrar, falta por analizar con qué medios la ACB hará uso para iniciar el cambio. Los propósitos de enmienda. Lo cuestionado, hablado y reflexionado por los dirigentes que pertenecen y estuvieron presentes. Lo que se transmite por la nota de prensa no sólo ha sido reducir el play off o premiar al líder de la fase regular. Hay algo más. Falta un poco más de comunicación, ya que se dicen cosas muy interesantes pero no se profundiza en ello, se habla de proyectos y de promesas para hacer algo mejor. Algo más dinámico y más atractivo. La ACB como un proyecto económico.

La asamblea, cuestión deportiva al margen, va a desarrollar unos cambios en el modelo de gestión. Prefiero usar el término modo de gestión y no modus vivendi como señala Juan Mora en el diario AS, aunque no difiero de su opinión en materia económica. La ACB va a dar un paso al frente para llegar a la rentabilidad y ser más independiente de los poderes públicos. Incluso yo iría más allá de la cuestión económica en sí. La ACB debe construirse su propio patrimonio y crearse sus propias estructuras. Esta tarea no es nada sencilla, porque en España el baloncesto convive con varios deportes, uno de ellos, el fútbol, debora en gran parte la mayor atracción en la sociedad del ocio y del entretenimiento. La ACB ha decidido abrirse un espacio en el mundo del espectáculo sin competir con el deporte rey, más bien al contrario, ha decidido trabajar conjuntamente con la Liga de Fútbol Profesional, LFP, para hacer del deporte profesional una alternativa dentro de la industria del ocio.

Sorprende que los medios no reflejen nada de esto porque sin duda va a generar polémica. Deben estar a la espectativa. Este estudio si realmente sale a la luz puede entrar en conflicto con los intereses que tenga el Consejo Superior de Deportes, Real Federación Española de Fútbol o Federación Española de Baloncesto. O quizás no, pero existe la posibilidad de enfrentamiento. En primer lugar por la materia deportiva, ya que están estudiando la posibilidad de crear un sistema de franquicias estables. Ligas cerradas. Cree la ACB que servirá para incrementar el valor de los equipos. No será realmente así, sino que la ACB con un sistema de equipos más bien estático puede atraer más de manera sencilla la confianza de los patrocinadores y de los acreedores al desaparecer el principal temor cuando se afronta una inversión. El riesgo a descender.

El patrocinio buscará seguridad, pero también rentabilidad. Por eso este estudio intentará hacer recomendaciones para que aparezcan nuevas actitudes. Seguramente se hablará de bonificaciones fiscales. La fiscalidad en el deporte no es nueva, al menos en Europa. En Italia toda inversión en deporte contiene una alta desgravación fiscal. Por eso en Italia son competitivos en materia económica deportes tan minoritarios como el rugby, waterpolo, volleyball y hockey sobre patines. Todo deportista de estas disciplinas es profesional. Y no por los intereses televisivos, ni por la afuencia en los recintos. Son profesionales gracias a los patrocinios.

En cuestión económica, la ACB no debe dar la espalda a su principal fuente de ingresos. La trascendencia local. Patrocinadores hasta ahora vinculados en la región, como Polaris, Lagun Aro o Grupo Capitol, deben tener una importancia capital. No obstante, el salto cualitativo será con la atracción de patrocinadores con presencia nacional. La aparición en su día de Winterthur y DKV ya fue importante, como lo debe ser si entra Toyota en el patrocinio del Baskonia. No sólo deben aparecer, sino también integrarse en este deporte y consolidarse. Para ello es capital la garantía de la estabilidad deportiva.

Aún así, no hay nada definido, ni prometido. Sólo existe la voluntad de estudio y de posibles cambios en función de cómo se presenten las circunstancias. Pero no nos engañemos, es utópico y políticamente incorrecto. Hay muchos más intereses, desde no entrar en conflicto con el sistema de patrocinios del Consejo Superior de Deportes, el llamado plan ADO, Ayuda al Deportista Olímpico, hasta las competiciones que prometen luchar para entrar en el mundo profesional, es decir las divisiones inferiores. Trastienda deportiva y, en el mejor de los casos, guarderías de los futuros deportistas. No será fácil, y seguramente irá para largo.