Kobe Bryant, o lo que separa a una superestrella de ser una leyenda

Se habla de Kobe Bryant desde hace mucho tiempo. Kobe Bryant se trata de uno de los mitos vivientes de la NBA. Y con posibilidades de convertirse en leyenda. Debuta en un contexto realmente díficil, en plena dependencia de la retirada del mito aún reciente. Michael Jordan. Tanto que se debatía el futuro de la liga estadounidense, la incertidumbre en torno a la retirada, la falta de referentes y de nuevos activos para atraer el dinero de los patrocinadores. La NBA estaba en crisis. Hasta el punto que hubo una sonada huelga de 191 días en la temporada 1998-99. Y Kobe Byant siendo sophormore con 18 años. Un contexto que, a quién despuntara, tendría el honor, o el horror, de ser comparado con la referencia de los últimos quince años. Y en una franquicia que no pasaba por sus mejores tiempos en este deporte, Los Angeles Lakers, que desde la retirada de su último gran nombre, Magic Johnson, estaban en un estado melancólico, sin referentes en la pista y pasando desapercibidos como castigo. No reaccionaban. Suceder a Magic era díficil, pero más era reemplazar a Jordan. Y contando con el traslado del Forum de Inglewood al Staples Center. Los Lakers comenzaban a construirse de nuevo.

Algo vieron en ese chico para que éste renunciara a la Universidad y pasara a la NBA con 17 años. Se declaró elegible y fue seleccionado en primera ronda por los Hornets. Kobe Bryant fue traspasado a los Lakers que ofrecieron a cambio a uno de los mejores pivots europeos de toda la historia, Vlade Divac, que hasta la fecha era uno de los pilares del equipo amarillo. Era cambiar a un pivot que destacaba por su visión de juego y su envergadura por un fino escolta que si bien causaba espectación al ser el MVP de Highschool no era ni de lejos un pilar para sustentar a un equipo. De hecho, el único equipo que ha sido capaz de ganar la NBA a lo largo de toda su historia ha sido Chicago Bulls. Y con Jordan. Más alicientes a la proeza.

Han pasado ya casi diez temporadas desde su debut en Los Angeles. En estos diez años ha dinamitado muchos records de precocidad. Ha coleccionado títulos y galardones.Y lleva disputados casi 600 partidos a sus espaldas. Una barbaridad con apenas 29 años. Más de 16000 puntos siendo con 27 años el más joven en alcanzarlos. Es precisamente en la anotación dónde más destaca, letal en cualquier posición, bien desde 7 metros o desde cualquier posición. Perfecta coordinación de movimientos, y un lanzamiento en suspensión infalible. Capaz de anotar 81 puntos, y ahora en boca de todos por llevar cuatro partidos anotando más de 40 puntos. Y aún así no goza del status de Michael Jordan, ni siquiera del de los más grandes.

No seré yo quién opine si se le debe considerar como tal. Creo que Bryant ha hecho cosas fabulosas en cuanto a anotación se refiere, pero el baloncesto creo que es algo más que anotar y engordar estadísticas individuales. En el baloncesto se te recuerda si ganas, y Bryant tiene de momento la espina de no saber liderar a un equipo hacia el titulo. Ha ganado tres anillos pero a su lado con Shaquille O'Neal, uno de los pivots más dominadores de la historia. Bryant, a diferencia de Michael Jordan, no ha sido capaz de liderar en solitario a una franquicia, y algo más concluyente. Michael Jordan hacia mejores a sus compañeros, y eso sin contar su mayor sacrificio defensivo. Bryant sin embargo es pura capacidad anotadora y atlética. Letal, pero hasta el momento insuficiente para ser campeón. Y más ante equipos que cuantan con conjuntos más equilibrados que los Lakers, que gracias a Bryant esconden sonadas miserias colectivas.

Al margen de las cuestiones deportivas, queda en entredicho su vida fuera de las pistas de baloncesto. Bryant estuvo procesado por una presunta violación a una chica. Y no fue a la cárcel porque pactó una suculenta indemnización para que la perjudicada no fuera más allá. De hecho las pruebas eran tan claras como las del asesinato que cometió el ex deportista OJ Sympson. Este hecho en una sociedad como la americana pesa bastante. A parte, ha sido protagonista de agresiones a jugadores en la pista. No directas sino indirectas, codazos intencionados para que parecieran fortuitos. Entre lo cobarde y lo sibilino. Hechos no reiterados pero manchas en un historial deportivamente hasta la fecha inmaculado. Pero manchas al fin y al cabo. Las que no tuvo el más grande de todos los tiempos.

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Kobeopatía, por Gonzalo Vázquez de Eurosport