Congreso de Alicante, ruta, parada y fonda del baloncesto español

Queda inagurado el tan esperado congreso de la ACB este año en Alicante. Una muestra más de la descentralización de los centros de poder y alejados de las influencias mediáticas que puedan haber en él. Un congreso muy esperado, bastante anunciado y que, se decida lo que se decida, se criticará en exceso y se alabará lo más mínimo. Lo importante en sí no es lo que se decida, sino que el sistema tenga la voluntad de cuestionarse y discutirse. El deseo de mejorar dentro de un sistema ya de por sí excelente, equitativo y que roza la admiración por un modelo exitoso en la escena internacional. Pero aún así se debe cuestionar el sistema y los principios que se abarcan. Las aficiones cambian sus preferencias, hoy no existen las mismas aspiraciones que hace seis años. Cuando la balanza en este deporte se declinaba al Este, a Grecia, Israel y Rusia. Hoy la balanza está equilibrada, y la prueba más evidente es que habrán con casi toda seguridad 5 equipos españoles en las tres fases finales de competiciones europeas. Ni Italia, ni Grecia, ni Rusia pueden decir lo mismo. Por lo que se deduce que la cuestión meramente deportiva no abarcará la máxima atención posible sino un intangible. El interés que se genera.

Para comprender la trascendencia de lo que se cuestiona habría que tener en cuenta quiénes éramos, cómo nos mostrábamos y cómo nos observaban en la escena internacional ya desde el fondo. Desde el angolazo. Que hoy no se discuta qué hacer para mejorar la cuestión deportiva 15 años después ya de por sí es un éxito en toda regla. Dicho de otra manera, nadie se creería en aquel momento que un día como hoy no se discuta el rendimiento deportivo sino qué hacer para atraer a más gente. Ya no se trata de mejorar lo ofertado sino de incrementar la demanda. Ambicionar y ser referentes.

Se cuestiona el sistema pero se debatirá sobre la difusión de ella. La difusión como vaso comunicante en los dos vértices del baloncesto. Espectáculo y público u oferta y mercado, como prefieran. El baloncesto español debe ser valiente en la toma de decisiones, y una de ellas debe ser la de querer ser algo más que una referencia deportiva. Aspirar a ser un producto cultural regido por los valores deportivos. Formar parte de la sociedad del entretenimiento pero diferenciándose de ella. Tener una identidad propia. La ACB debe ser valiente para ser un referente deportivo y cultural similar a la NBA pero con los matices distintivos y valorados en Europa. Generar pasión y rivalidades bien entendidas que sepan formar e incrementar un mercado al que dirigirse. En estos años se han creado nuevas plazas interesantes en este deporte que acompañan a Madrid y Barcelona. Vitoria, Málaga, Badalona, Valencia y Girona están creadas y sólo falta que entre ellas se instauren las rivalidades necesarias para hacer de la ACB un producto más atractivo. Y por consiguiente más televisivo.




Foto: En portada Josean Querejeta al lado de Antonio Martin junto a otros dos directivos que les acompañan.