Partido horrible, gótico y siniestro

Inicio de la procesión de la semana santa del Barça en el Palau. Un muy buen horario para ver un partido de baloncesto, pero una mala fecha para ver un partido horrible. Hoy no han sido decisivas ni las muñecas ni el talento, sino de los empujones y de los brazos como protagonistas. Quizás el partido menos agraciado en lo que va de temporada. Pero los hay que con ello se recrean y encuentran la belleza ante tal despropósito. Incluso se pueden encontrar aspectos positivos, como el resultado, el desgaste defensivo y el óptimo estado de forma de ciertos jugadores. Navarro, Rodrigo de la Fuente o Roger Grimau, la vieja guardia de la plantilla azulgrana, ha estado notable. No así Lakovic que ha estado muy aciago. Incómodo ante el ferreo marcaje que le ha destinado Ricard Casas desde el banquillo del Vive Menorca. De hay a la fealdad.

Ha sido un partido espeso y regido por las consignas tácticas. Casas trazó una perfecta línea rigurosa de tres hombres inamovible desde el perímetro. Stojic, Vasiljevic y Yáñez en defensa estática. Impidiendo de esta manera el caudal ofensivo azulgrana en los primeros minutos. Ni Navarro, ni Lakovic, ni Basile se sentían cómodos, pero muy especialmente el base esloveno que recibía constantemente a dos jugadores en marca defensiva. De ahí que Basile tuviera que subir el balón pero no sabían aprovechar la superioridad númerica en el área rival. Llegaban otra vez los jugadores baleares a su posición y otra vez a empezar de cero. El Barça no sentenció la defensa agresiva del Menorca Basquet porque nunca supo leer las posibilidades de un ataque más directo y letal. El Barça se atascaba y se estampaba ante la superioridad de envergadura en la línea defensiva. Y apareció Rodrigo de la Fuente.

El capitán está en un buen momento de juego. Hoy 12 puntos, y vitales para centrar al Barça en el partido. Con él Ivanovic quiso equilibrar las fuerzas en esa línea de flotación diseñada por Casas. El objetivo era derribarla. Bien con balones a las esquinas, bien con balones bombeados buscando la espalda de Alzamora o Chris Moss.Poco a poco el Barça se apropiaba del partido. La cuestión era esperar que Casas diera entrada al talentoso Badzaric en lugar de Vasiljevic para derribar el muro. Era una consecuencia lógica, no buscada por los jugadores sino por la evolución de los acontecimientos. La muralla del Vive Menorca caía por si sola y el ahora ejército balcánico, antes banda callejera, avanzaba por la victoria. Que era lo importante. 42 a 34 en el descanso.

El partido estaba resuelto, no obstante no era un partido bello sino rutinario y funcional. Máximo rendimiento con el mínimo contenido. El Barça se reservaba de cara a la Euroliga y al partido del Buesa Arena. Los dos partidos contra el Unicaja y la mirada puesta en Vitoria como colofón final, algo sin duda mucho más motivador que el rival que se tenía en frente. Y de ahí al sopor, o la siesta. Fueron momentos que el Vive Menorca aprovecho para mostrarse más vital y alegre. Insuficientes para mantenerse en el partido. Tuvieron su momento al empatar a 51 a 40 segundos del fin del tercer cuarto, pero en ese momento apareció los destellos mínimos del Barça con Navarro como principal herramienta para forzar un saque de fondo, Grimau forzar una falta personal y anotar un tiro libre y Fran Vázquez aprovechar un rebote y anotar dos puntos más. Esos últimos 40 segundos fueron los únicos momentos donde pasaban cosas en la pista. El Vive Menorca a posteriori perdió un balón en la transición ofensiva, Navarro recupera y asiste in extremis a Ukic para que este en el último instante anotara 2 puntos más. 56 a 51.

Y de ahí nuevamente al sopor. El Barça tuvo suficiente con apretar en defensa y asegurar los rebotes. Cuestión que hoy se ha aprobado con buena nota con 19 en defensa y 11 en ataque. Realmente lo destacable del partido, como la defensa al permitir sólo 11 canastas de 37 intentos al Menorca. Lo que viene a significar que la jaula de Ivanovic ya surte efecto. Por lo que ahora conviene mentalizarse para Málaga. El partido de hoy ya es historia e Ivanovic por fin ya tiene lo que quería, su partido horribilis. Por fín.