Jueves, día del Carpenazo

Primer día de Copa del Rey y ya tenemos a dos semifinalistas y por consiguiente a dos eliminados. Akasvayu y Unicaja, o lo que es lo mismo, dos cabezas de serie han sido los eliminados esta vez en la primera jornada de la competición. Justo lo mismo que la temporada pasada cuando Barça y el primer proyecto de Akasvayu dirigido por Edu Torres sucubieron ante Pamesa y Real Madrid a contrapronóstico. ¿Lo recuerdan?

Si algo no tiene en cuenta esta competición es precisamente el pedigrí que otorga la clasificación liguera. El segundo y el cuarto fueron eliminados por el quinto y el octavo respectivamente. Lo que si valora esta fantástica competición es la mentalidad y el posicionamiento en la pista. Creerse capaces de lograr lo inimaginable en el imaginario de los medios y de los aficionados y ganar haciendo saltar el Martín Carpena por los aires. Málaga y Girona, o lo que es lo mismo, dos capitales del baloncesto actual, quizás las más motivadas para hacer algo grande en estos días vivirán algo más que una simple decepción. Con su eliminación el Pamesa comenzó su caida libre en la final contra el Baskonia la temporada pasada, y nadie se imagina que consecuencias tendrán cada uno de estos dos fracasos.

Dos hombres serán cuestionados en estos momentos. Uno de ellos Scariolo, que con la marcha de Garbajosa y Walter Hermann no encuentra la brujula para mantener la velocidad de crucero de la temporada pasada. El principal derrotado en el partido del Unicaja contra el Barça. En la otra eliminatoria el derrotado no es ni mucho menos Pesic, que también lo fue, sino un nombre propio, Marc Gasol, que se las prometía muy felices en este torneo, el jugador que no escondía utilizar esta competición como plataforma para saltos más altos. Un fracaso en toda regla y que demuestra que aquí en la Copa continúan quiénes buscan ganarla y se marchan los que tienen el punto de mira en las personas que le observan en la grada. Primer día, primera lección, primer "carpenazo" en la competición.


El banquillo de la Penya derriba al Akasvayu



Se habla que el Akasvayu regaló el partido y que la Penya puso más corazón que calidad a la remontada en el partido de ayer. Ni una cosa ni la otra, porque Akasvayu hizo lo justo por ganar y la Penya demostró una vez más su principal virtud. La intensidad. Ello vino provocado por una de las características del equipo de Aíto, las virtudes de sus suplentes, no son mejores pero son mucho más activos que los de Akasvayu decíamos ayer. Y se cumplió a rajatabla. Resumir el partido a las canastas voladoras de Rudy o al milagro que provocó Marcelinho Huertas es hacer un análisis muy simple del partido. Tan simple como inexacto.

Una de las lecturas en diagonal que pude extraer de este partido es que la Penya es uno de los pocos equipos de Europa en los que usan a tres bases que influyen directa o indirectamente en el juego. Benett lidera, Ricky Rubio saca de quicio a sus rivales y Marcelinho Huertas se convierte en una bomba de relojería que derrumbó el plan de Pesic. Un plan que quedó cuestionado durante todo el partido. Si bien es cierto que Akasvayu siempre estuvo por delante, la Penya consiguió plasmar su plan de desgaste no permitiendo mayores ventajas que los seis puntos. Esto se traduce en que el equipo de Pesic nunca se sintió cómodo en la pista y no supo transmitir la sensación de dominio ni en el partido ni en el partido. Ayer no hicieron un buen uso ni de la posesión ni de las elecciones de tiro, un aspecto que debe encomendarse a los bases, McDonald, Marinovic y Victor Sada, pero principalmente estos dos últimos.

Cito a Marinovic y a Sada porque fueron dos de los jugadores que se salieron del guión de Pesic. No jugaron de costumbre y se pudo ver al base serbio más explosivo y correoso que de costumbre. No me parece mal si el resultado es favorable, pero es notorio que una eliminatoria como la que se disputó ayer no es el lugar idóneo para hacer la batalla por su cuenta y hacer un juego más apropiado para la Penya que para los suyos. Su posicionamiento y su actitud en la pista provocó muchos espacios al rival. Y no hablemos de la elección de tiro porque su 0 de 7 en lanzamiento exterior hace mucho dolor en la Copa, y más en el corazón de los aficionados.

Otro apunte que extraigo es el de la aportación de los hombres altos. Teniendo hombres de la calidad de Fucka, Gasol, German Gabriel y Bagaric uno no se puede permitir desgastarse por Archibald, Betts, Gaines y Drew Sullivan. Principalmente me refiero a Marc Gasol que se cargó con tres faltas personales ya en el segundo cuarto y que ya jugó condicionado el resto del encuentro, sin la intensidad que merecía un partido como el de ayer. Más pendiente de la grada sin duda y sin una participación relevante, 7 puntos y 2 rebotes, mala actuación en un encuentro observado con lupa por los principales observadores americanos. Su actuación le pasará factura para el draft.

El otro apunto que extraigo es el de la explosión de Dainius Salenga y la poca presencia de San Emeterio. La Copa es el lugar donde menos experimentos se puede hacer, y pese al buen hacer de Salenga el desequilibrio en el juego de Akasvayu fue evidente. Si el Akasvayu se ha construido alrededor de Marinovic, San Emeterio y Marc Gasol, ayer se derribó por este mismo concepto. Marinovic a su aire, San Emeterio en el banquillo y el hermanísimo cargado de faltas en el segundo cuarto. Los tres pilares del Akasvayu totalmente demolidos y la Penya intacta para la semifinal frente al Barça. El poder de la improvisación de Pesic sentenció al Akasvayu convirtiéndose en la primera decepción copera en el Martín Carpena.


Primer triunfo mental de los hombres de Dusko.



Victoria trabajada y primera victoria de esta temporada ante uno de los rivales de entidad en la ACB esta temporada. El traje de bailarina que encorsetaba a los hombres de Dusko en los partidos importantes ya está definitivamente enterrado en las siempre turbias tierras valencianas. Fue un partido bronco pero sin polémicas, sin intangibles y con mucho pragmatismo por parte de los de Ivanovic. Ganaron haciendo un baloncesto sencillo, evitando barroquismos innecesarios que complicaran el partido.

Fue una victoria que se construyó por un correctísimo posicionamiento en la pista. Un posicionamiento que garantizó por primera vez la apropiación de los rebotes. Tanto ofensivos como defensivos. Esto justifica porque Unicaja tuvo tantas pocas opciones de tiro y porque el Barcelona sin hacer un partido glorioso en términos ofensivos aprovechaba las segundas opciones que disponía. Esto hay que traducirlo a una mayor tranquilidad y menor ansiedad para los tiradores del Barça, Lakovic, Navarro, Basile y Kakiouzis, y un incremento de autoestima para los pivots del Barça, Marconato y Trias principalmente.

El posicionamiento fue clave, tanto como la solidaridad colectiva que aparece puntualmente en los hombres de Ivanovic. Ayer Marconato y Trias no tuvieron problemas porque tanto Navarro, como Kakiouzis, como Basile y como Rodrigo de la Fuente estuvieron por la labor de no dejar retratados a sus hombres altos. Fue la defensa colectiva lo que neutralizó a Daniel Santiago y convirtiera a Marconato en una versión mejorada del excelente pivot que nació y maravilló en Treviso. Y no hablemos de Trias "el voluntarioso"al que no me quiero imaginar haciendo una excelente copa y consiga mejores referencias en los observadores americanos que el mismo hermanísimo. Fue la defensa colectiva la que no dejó brillar a un Pepe Sánchez totalmente inédito ayer. Y Fue la defensa colectiva la que evitó destrozos mayores. Aunque aparecieran las pequeñas miserias a las que gustosamente Dusko nos obsequia en cada partido.

Las pequeñas carencias del Barça vuelven a ser principalmente las mentales. Pese a que partido a partido se van disipando, siempre hay algún momento en que las manos fallan y los nervios buscan su influencia. Ocurrió nuevamente en la segunda mitad del encuentro y sólo la torpeza de Unicaja no provocó desastres mayores. Un Unicaja muy revolucionado y visceral frente a un Barça consciente de sus limitaciones y de sus virtudes. Y que ayer las aprovechó para vencer tanto al oponente como a sus fobias y paranoias ya conocidas.