La Copa como escaparate de promesas ya cumplidas

Es público y notorio que la Copa del Rey es un auténtico escaparate para seguir a jugadores. Audiencias, asistencia al pabellón, trascendencia mediática y seguimiento por parte de los profesionales de este deporte comulgan durante cuatro días. Un fin de semana de baloncesto puro. Un escaparate donde cada año entran nuevos jugadores en liza y salen otros de manera natural. Unos repiten y otros no, de ahí que cada temporada se convierta en una ocasión única para deportistas y para aficionados que no tienen por costumbre seguir a ciertos jugadores.

Hay jugadores que en el Martín Carpena se bautizarán en la élite deportiva del baloncesto español. Unos muy jóvenes, véase el caso de Ricky Rubio o Richard N'Guema, y otros jóvenes pero ya con responsabilidades, Mario Fernández, Roberto Guerra, Rudy Fernández, Victor Sada, Marc Gasol o Hernández Sonseca. Algunos ya han estado pero ahora se estrenarán como protagonistas indiscutibles o con alguna función específica en su equipo, como centro de las miradas de avispados intermediarios para posteriormente sacar tajada. Aunque no deja de ser una hipótesis que muchos de ellos harán uso de esta Copa como plataforma de lanzamiento hacia algo mejor, lo indudable sin duda es que hablamos de una nueva generación de jugadores que comienza a abrir paso y que si ahora mismo participaran en el Mundial a lo mejor daban alguna sorpresa. Quizás España reúna a dos selecciones que puedan ser consideradas entre las cinco primeras del mundo. Algo impensable hace unos años. Si nos lo llegan a haber dicho después del "angolazo"....

Al margen de estas promesas ya cumplidas, la Copa servirá también como mirador que enfoque a otros jugadores jóvenes que empiezan a caminar y se están haciendo sitio en este deporte. No sólo de jóvenes españoles se nutren las plantillas de los clubes de la ACB. De hecho en esta competición se estrenarán jugadores como uno de los protagonistas de la selección yugoslava, Marco Marinovic; de la selección croata, Roko Ukic o Marko Thomas; de la selección bosnia, Teletovic; de la selección brasileña como Marcelinho Huertas o Tiago Splitter y de la selección turca con el recien fichado por el TAU Erden Arslan o el recién fichado pivot georgiano Nikoloz Tskitishvili por parte de Caja San Fernando hace unas semanas y que fue elegido en quinto lugar en el draft de la temporada 2002-03. Si a esto añadimos a promesas que deben explotar como el inglés del Gran Canaria, Joel Freeland; los jóvenes de la Penya como el ruso Dimitri Flys y el holandés Henk Norel; el griego del Unicaja Vassileadis o el balcánico recién fichado por el Real Madrid Blagota Sekulic, todos están demostrando que, a parte de la fantástica generación que ha ganado el Mundial, existe una generación decidida a tomar el relevo y que los jugadores de otros paises con mejor futuro también crecen a su lado.

El baloncesto como otro deporte y otra actividad cultural corriente ha hecho de la globalidad para crecer. La Copa será el escaparate idóneo para manifestar el trabajo de la cantera global, ya no es cuestión de hacer crecer a los deportistas del país sino que crezcan con los mejores de su edad en esta materia. Algo muy positivo aunque algunos no lo quieran ver y que servirá para que estas promesas mejoren a las realidades ya presentes. Hoy al menos compiten y son partícipes de los éxitos actuales, mañana tal vez sean los protagonistas de los éxitos futuros.


Foto: En portada, Rudy Fernández cuando fue coronado como MVP de la Copa del Rey en Sevilla hace tres años.