El posible fracaso del éxito reciente

Llevamos apenas horas del éxito de la plantilla de Dusko y se palpa un ambiente conformista en el entorno. Comunicadores de prestigio se bajan los pantalones delante del entrenador, periódicos que se inventaban fichajes ahora señalan que la plantilla es completísima, desde Madrid se avisa que la culpa es del sistema de competición cuando el Baskonia ha demostrado en sus últimas tres Copas que no importa jugar tres partidos en 48 horas si la plantilla está preparada para ello. La Copa siempre se ha tratado como un torneo donde no gana el mejor sino el que mental y fisicamente responde a las exigencias. Sin desvirtuar al campeón que sin duda ha hecho un torneo excepcional.

En el éxito reciente me mantengo en mi posición de cuestionar la plantilla de Dusko. No por crear polémicas innecesarias, ni generar debates absurdos. Es realmente lo que pienso. Hace seis días muchos de nosotros criticábamos ferozmente como jugaba el Barça, y un servidor fue el primero en sostener una mejoría de juego aún perdiendo brillantez. Pero este torneo no deja de ser una lotería y el Barça y su entorno corre el riesgo de convertirse en un afortunado nuevo rico que desparrama toda su fortuna en cuestiones innecesarias. Desde la sesión de los puros a llegar a las 4 de la madrugada en vez de pernoctar en Málaga. Son detalles que ahora pasan desapercibidos por la victoria, pero son detalles al fin y al cabo. Detalles que suman cuando al finalizar la temporada haces balance de lo sucedido. No en vano, desde tiempos del Barça de Pesic el campeón de Copa no ha sido campeón de liga ACB. Y mucho menos de Euroliga.

A los hechos me refiero, desde el superlativo Barça de Pesic como campeón de Liga, Copa y Euroliga, el Baskonia le sucedió como campeón de Copa pero el Barça revalidó título liguero en la temporada 2003-04; a la siguiente temporada fue el Unicaja el campeón de Copa en el Príncipe Felipe de Zaragoza y el campeón de Liga fue el Real Madrid del famoso triple de Herreros; la temporada pasada, un Baskonia lanzado hacia el doblete después de conquistar en el Palacio de los Deportes de Madrid su quinto entorchado copero sucumbió de manera estrepitosa frente al Unicaja de Garbajosa y Walter Hermann. Son hechos que no merecen pasar desapercibidos.

Cierto es que la plantilla de Dusko fue invertida para aspirar a la excelencia. Pero la plantilla no es excelente y ni mucho menos notable. Es justa e insuficiente para aspirar a tres competiciones. Parece que el éxito nos hace olvidar que al Barça le falta un base y sobretodo un alero defensivo. Que cuando Basile queda eliminado por faltas personales el Barça defensivamente padece mucho la ausencia de un jugador de su perfil. Parece ser que el entorno crea que con Mario Kasun se solucionarán todos los problemas, cuando la realidad quizás nos ofrezca que se solucionen parcialmente. Parece ser que con la victoria nos creamos los mejores de Europa, cuando el global en cuatro meses es que se han cosechado 10 derrotas, la última de ellas la semana pasada contra el Gran Canaria.

Más cautela y menos euforia, o mayor exigencia y menor complacencia. Estamos a mitad de temporada, y pese a que este título es un milagro queda muchísimo camino por recorrer. Los éxitos se olvidan pronto y las derrotas escuecen mucho más que las victorias recientes. Porque realmente el éxito no se mide por una victoria sino por mantener esta constancia en el tiempo.