Una victoria previsible y otra imprevisiblemente agónica

Ya tenemos completado el cuadro de semifinalistas de la Copa del Rey. No han habido sorpresas esta vez y tanto TAU como Real Madrid completan el cuadro y mañana se enfrentarán en una de las semifinales que podría ser tratada como una final anticipada de la competición. El Tau ha hecho uso de la contundencia y de la sencillez para poder derrotar a Caja San Fernando esta tarde, mientras que el Madrid ha hecho uso del desgaste tanto físico como mental para ganar al Gran Canaria. Una victoria previsible y una victoria agónica, así podríamos resumir la emocionante jornada de hoy.

Una emoción que se convierte en ira y rencor hacia quiénes son los encargados de transmitir y retransmitir el evento. Ya denuncíé hace unos días la frivolidad de Pedro Barthe de considerar más conveniente una final entre dos equipos concretos y sobre quién debería de ganar por el bien del interés general. Esta tarde Pedro Barthe ha ido más allá, haciendo y certificando el uso de su travestismo mediático, para dictaminar constantemente las miserias del rival y ensalzar las bondades del equipo capitalino. Desconozco si van al dictado de Torrespaña o de De la Casa. Y me da igual. Lo que es inadmisible es que la retransmisión de un evento a nivel estatal sea capaz de herir las sensibilidades de la audiencia. Una audiencia que está harta de que le digan lo que debe de hacer, de cómo debe comer, qué debe hacer en sus relaciones de pareja y de cómo debe educar a sus hijos. Haciendo uso de un lenguaje ya conocido de taberna de bar y a falta de mostrar su bufanda con Fernando Romay para colmo de forofismos. Barthe ha hecho una vez más, confundiéndose con el uso del propagandismo en vez del periodismo, haciendo guiños a su mayoría y sacando de quicio a las minorías más mayoritarias.

Aunque visto lo visto es una buena noticia que lo más negativo de la jornada de hoy tenga que ser un hecho tan trivial como puede ser una retransmisión deportiva. La jornada ha sido muy positiva y emocionante, con más baloncesto que su jornada antecesora y a la altura que le corresponde. Ya llegarán los días de vino y rosas en los que el aficionado o televidente, esté mejor tratado. Mientras el espectáculo sea de interés lo trivial no le restará trascendencia. Por muy excluyente que sea.

De la poética al uso y abuso de la faceta proletaria

Por la vía rápida, así ha dictaminado Velimir Perasovic el cómo se tenía que desarrollar el encuentro de hoy frente al Caja San Fernando. Sacando una vez más la faceta bárbara y salvaje del equipo más próxima a una manada de búfalos que a la de una plantilla de jugadores de baloncesto. Sencillez, equilibrio y un baloncesto muy trabajado en todos los aspectos. Con estas credenciales se ha bastado el Baskonia para derrotar a su oponente. Sin dar licencias ni a las sorpresas y demostrando lo difícil que es que el Tau tropiece con la misma piedra. De la misma manera cómo han conseguido alcanzar por sexta vez consecutiva una semifinal de Copa. Y caminado para revalidar el título.

El hecho diferencial de este Baskonia al que fue campeón de Copa tiene un nombre y apellido. Igor Rakocevic. A falta de Planinic se está convirtiendo en uno de los principales recursos del repertorio ofensivo del Baskonia. Un repertorio que distribuye con equilibrio preciso el lanzamiento exterior con las anotaciones interiores. Un equilibrio que se complementa con otros cuatro hombres, Serkan Erdogan, Fred House y Sergi Vidal. Cuatro sujetos que hacen de la transición ofensiva una bandera de la pluralidad en este deporte. Atacan y anotan desde cualquier posición distinta y de diversas maneras. Como pocos equipos. Defensivamente otra virtud aún mejor, saben negar los mejores costados ofensivos de su oponente y provocan que eviten entrar en contacto con los hombres altos del rival. Atacan muy bien pero defienden mejor.

El Caja San Fernando, ante esas, se ha convertido en un juguete en manos de un niño caprichoso. Demetrius Alexander no ha entrado en el partido, y sólo lo han hecho Hollis Price y Carles Marco. El resto ha estado bien vigilado y defendido por Scola, Splitter, Peker y Teletovic. Todos ellos palabras mayores para el equipo de Manel Comas. Sólo han podido entrar en juego los exteriores que forzaban una y otra vez el lanzamiento exterior con idéntico desacierto, porque los balones a la pintura eran misión imposible. El rebote estaba garantizado a manos baskonistas y el Caja San Fernando no ha tenido suficientes argumentos para querer llevarse la victoria. Querían pero no podían. Demasiado rival para tan pocos argumentos.

El rey de la selva no puede con la percusión madridista

El mejor partido de la jornada y quizás las dos horas mejor invertidas del día. Tanto para el espectador como para el televidente. Un partido con intriga, drama, nervios, y que acabó con final feliz para unos y en tragedia canaria para otros. Un partido memorable y quizás entre los diez mejores partidos de toda la temporada. Sin dudas. Un auténtico regalo y una verdadera exquisitez deportiva para los comensales.

El partido comenzó con un Real Madrid necesitado de finiquitar la eliminatoria. Lo verdaderamente admirable de este equipo es la demostración de su ideología en la pista. El Real Madrid defiende una ideología que se creen todos los jugadores. Desde los titulares hasta el último que llega. De Felipe Reyes a Richard Nguema. Es un equipo disciplinado con las directrices del entrenador, bien plantado en la pista y que en el primer cuarto sólo ha concedido una canasta de dos puntos. El resto han sido tres triples y tiros libres. Una carta de presentación que dificultaba el panorama para los canarios.

El Gran Canaria ha acusado el nerviosismo de Mario Fernández pagando cara la novatada. Nervioso en la transición e incómodo dando órdenes. Tanto que su equipo naufragaba y Salva Maldonado no ha tenido más remedio que llamar a Marcus Norris para evitar desastres mayores. Con eso, el Gran Canaria se fue acercando al marcador y poco a poco Mario Fernández entró en la dinámica. Se tranquilizó y comenzó a sacar todo su talento. Talento puro que debería llamar la atención de Savic para traerlo al Barça, él, con apenas 23 años, ha sacado de quicio a Raúl López y a Kerem Tunceri. Por sus manos el Gran Canaria mantenía la diferencia y la iba acortando.

En el otro vértice se encuentran los pivotes del Gran Canaria, uno, Kornel David, ha hecho lo que le ha dado la gana, anotando desde donde quería. En la pintura o en el perímetro. Daba igual porque estaba totalmente metido en el partido Si Mario Fernández dirigía, Kornel David era el brazo ejecutor de la ley. Y faltaba Sitapha Savané, el comodín que equilibraba la defensa y el ataque canario.

Trato muchos nombres propios del equipo canario y os preguntaréis cómo el Madrid ha podido ganar a un equipo que se ha dejado la piel durante todo el partido. Sinceramente el Gran Canaria ha hecho un partido memorable, de los que ponen la piel de gallina en el momento que consiguen la azaña. Principalmente el Real Madrid ganó el partido gracias a su excepcional primer cuarto defensivo. Los de Joan Plaza hicieron una defensa combinada con un triángulo en el poste bajo donde se encontraban Felipe Reyes, Milic y Hernández Sonseca. Nadie podía pasar por esa pintura. No era ni una jaula, ni un bosque, simplemente era una muralla infranqueable que impedía que los hombres de Salva Maldonado anotaran o capturaran el rebote.

De este hecho se dio cuenta el entrenador del Gran Canaria y decidió sacar a Savané para crear desequilibrios en la defensa rival. Savané arrastraba a la punta del vértice de ese triángulo, Felipe Reyes o Hervelle, y así crear espacios vacios que los canarios aprovecharon. Savané estaba fuera de su hábitat natural pero su equipo de esta manera se mantenía en el partido. Ahí acabó el plan de Plaza y sólo la clase de Bullock y el estado de forma de Felipe Reyes salvaron los muebles. El resto naufragó, muchísimas faltas personales y Raúl López sacado de quicio con la presión asfixiante de Mario Bruno, le quitó hasta cuatro veces la cartera al experimentado base del Real Madrid.

No sólo ganó por el primer cuarto y por los destellos individuales de Bullock y Reyes. El Real Madrid ganó porque tiene mayor amplitud de plantilla, pero simplemente remarco que tácticamente Joan Plaza ha pagado la novatada. Tendrá que reflexionar para mañana porque se enfrentarán no a un equipo ilusionante sino a uno de los mejores equipos de Europa de estos momentos. Cambiemos a Mario Bruno por Prigioni y a Savané por Scola y verán como el resultado será distinto. Mañana lo comprobaremos.