Las claves del cambio azulgrana

Es evidente que un equipo campeón no surge de la casualidad, y ni mucho menos se puede construir en cuatro partidos. Hay quién ve en este equipo que dirige Ivanovic las hechuras de equipo grande, otros que vislumbran un giro de 180º y otros atribuyen a este equipo el conseguir una dinámica positiva de partidos que hacen despertar el optimismo, la euforia y la unidad entre jugadores, entrenador, medios y aficionados. Ahora no hay nadie que cuestione al entrenador, que filtre posibles malas relaciones entre jugador y entrenador, y nadie asoma, ni afronta, una posible crítica positiva sobre los planteamientos del Barça. Ni siquiera nadie analiza los cambios que ha dado el Barça en apenas una semana y parece que interese más vender la idea que el Barça se aferra al título conseguido y que ahora juega con la seguridad del que ya ha cumplido con lo mínimo exigible. Sin las losas que se arrastran por el dinero invertido para incrementar un peso dificilmente sostenible. La tranquilidad para alcanzar cotas más altas.

No hay que caer en el error de sostener en un proceso de maduración de los planes de Dusko para el salto dado por el Barça. Realmente no es así. El Barça juega con un sistema de juego madurado y evolucionado pero juega de distinta manera a la que ganó en Grecia de manera dramática hace unos días. Si no fuera por eso, los entrenadores ya tendrían alternativas para contrarrestar los sistemas azulgranas. Y no las tienen. No olvidemos que en el baloncesto, como en otros deportes, quién no tenga una táctica avanzada y unos movimientos específicos y asimilados, que generen automatismos que no den lugar a los errores y que se caractericen por una máxima eficiencia. Este cambio viene motivado por cuatro factores:


Consolidación de un cinco inicial

Ivanovic siempre se ha caracterizado por los múltiples cambios en los partidos. Al mínimo error detectado sentenciaba al jugador y lo sustituía por otro. No habían concesiones y el equipo se tenía que acostumbrar a múltiples variaciones. Ya desde hace varios partidos Ivanovic ha consolidado un cinco inicial. Lakovic, Navarro, Basile, Trias y Fran Vázquez. Un cinco inicial donde se ausentan aleros físicos y donde predominan jugadores rápidos, habilidosos y que se mueven con mucha facilidad por toda la pista. Todos se ayudan en las marcas defensivas y por primera vez los exteriores se cargan de personales librando de tales responsabilidades a los hombres altos. Desconozco cuánto durará este plan pero hasta que los entrenadores no sepan como contrarrestar los automatismos azulgranas seguirá igual.


Buen rendimiento de las figuras emergentes

El crecimiento de este Barça post-Carpena viene supeditado al anonimato de Lakovic y Navarro y va unido a la emergencia de tres valores que día a día prosiguen a la alza. Basile, Trias y Vázquez. Basile se convierte en el comodín y en el elemento diferencial en la defensa azulgrana. Rápido de movimientos y excelente en el marcaje. A parte de ello es un buen recurso en la transición ofensiva como segundo base en la pista. De hecho algo imprescindible en el baloncesto actual es de tener al menos dos jugadores, tres serían lo deseable, que sepan hacer mover al equipo puesto que casi siempre el base titular será presionado desde el campo propio. Tener a dos jugadores así dificulta, y mucho, la marca defensiva del rival. Puesto que se desconocen los recursos ofensivos del contrario.

Por otra parte la consolidación de los hombres altos del Barça. Trias está en su mejor temporada en la ACB mientras que Fran Vázquez está destinado a ser el protagonista en los siguientes partidos. En el gallego he detectado varios movimientos interesantes arrancando desde el fondo de la pista usando la franja de 1,2 metros partiendo desde el tablero hasta el fondo de la pista. Esa franja casi todas las defensas de los equipos de baloncesto la tienen totalmente descuidada y Fran Vázquez está haciendo de ella su hábitat natural concluyendo varios ataques de manera espectacular. El gallego se beneficia en la fijación que tienen los defensas en Trias y sorprende desde las espaldas de los defensores. La pintura comienza a funcionar.


Consolidación de los suplentes

Los suplentes en cualquier equipo de baloncesto deben estar orientados bajo dos premisas. Refresco de los titulares y cambio de las dinámicas de los partidos. Bajo estas necesidades encontramos a los suplentes de los ejes de la dirección, Lakovic y Basile, y el eje de la pintura, Fran Vázquez. Los suplentes que están creciendo bajo este papel son Ukic para sustituir al base esloveno, Grimau para sustituir al escolta italiano y Marconato para sustituir al pivot gallego. Esta columna vertebral suplente provoca al margen de refrescar a los titulares dotar un nuevo guión en los partidos. No sirven para dinamitar los partidos sino para hacer uso de la estrategia conservadora ya anunciada.



Alternación de dos registros de juego.

Era sabido y conocido el espíritu exhibicionista del Barça en los partidos. El sentirse mejor y demostrarlo como fuera y en cualquier momento. El "sindrome del cabaret". Ivanovic alterna ahora dos estilos de juego. Inicialmente con el dinamismo de las piezas convierte los partidos del Barça en duelos a tumba abierta a pecho descubierto. Pone toda la carne en el asador y no reserva ni nada ni a nadie. Evidentemente no todos los partidos evolucionan de la misma manera, ni todos los partidos serán espectaculares, pero Ivanovic no se esconde ninguna carta de inicio y evita que el contrario amague sorpresas. Posteriormente se hace uso de un registro conservador, con Marconato como referente y con Kakiouzis y Rodrigo de la Fuente como escuderos. El paradigma principal consiste en no asumir riesgos innecesarios y desgastar físicamente al rival. Con la alternancia de estos dos registros ha ganado los últimos cinco partidos, pero como tal como se decribe perfectamente en los principios de la economía, éxitos pasados no garantizan éxitos futuros....


Ahora bien, si con estos factores la dinámica ha cambiado en los últimos cinco partidos aún faltan varias cosas a mejorar y puntos débiles que habría que fortalecer. Se me antoja imprescindible para aspirar a todo la presencia de un alero fuerte con presencia defensiva. También se antoja imprescindible la recuperación de Kasun para tener mayores argumentos bajo el aro, y sería conveniente disponer de un tercer base para tener una mayor tranquilidad. Falta profundidad de banquillo. No es algo que suponga traumas pero pueden provocar disgustos en el medio plazo presente. Disgustos que pueden llegar por detalles que pasen desapercibidos pero decisivos para cruzar la línea entre el éxito y el fracaso. Esperemos que esto no suceda.





Las consecuencias del método de Ivanovic de principio de temporada