¿Debe la Euroliga abrirse a la Europa del Este?

Cuatro equipos españoles, cuatro italianos, tres griegos, tres balcánicos, dos franceses y dos turcos, estos son los paises que más equipos aportan a la Euroliga. En algunos casos por cuestiones de espectadores, en otro, un insulto a los aficionados que más aprecian y más tradición tiene este deporte, Lituania y Rusia, equipos que sólo aportan al campeón de la competición doméstica, salvo en contadas ocasiones que han aportado un segundo por haber sido campeón de la Copa ULEB, bien hace dos temporadas con el Lietuvos Rytas o bien esta temporada con el Dynamo de Moscú. En ninguna cabeza pensante cabe que dos de los paises con mayor gloria y tradición en el baloncesto tengan tan poca presencia en la máxima competición continental.

Esto viene a enlazar con el partido de ayer del Palau y como consecuencia del debate generado por el comentarista de la Televisió de Catalunya Jordi Rovirosa, señalando la importancia que tiene el baloncesto lituano,o bien el ruso, en la élite del baloncesto europeo. Paises que funcionan como viveros de este deporte, donde crecen jovenes jugadors que a la larga acaban marchando a los más competitivos de Europa. La ULEB debería tener en cuenta a estos paises y devolver parte de lo que han aportado a los clubes más onerosos de Europa. Lituania no merece considerarse la fábrica de talentos del baloncesto europeo sin tener la compensación de recibir a los mejores equipos de Europa.

Me vienen a la cabeza muchos equipos que aumentarían el prestigio de la competición y que actualmente por cuestión estatutaria se encuentran fuera. El citado Lietuvos Rytas, el Unics Kazan o el mismo Khimki mejorarían en parte la competencia en lugar de equipos como el Pau Orthez o del Rhein Mahn Energie. Sonaría muy impopular reducir la presencia de los paises que más aportan, pero más impopular es la injusticia que se está mostrando con el bloque del Este. Me es impopular que por cuestión presupuestaria no puedan jugar los hermanos Lavrinovic, o Stelmahers o Nielsen, ni Stombergas, ni Veremeenko, ni el argentino Wolkowysky. Tan impopular como el que todos los equipos del Este estenrelegados a jugar competiciones menores como la Copa FIBA.

Compañeros como Fausto opinanaban hace apenas unas semanas sobre un cambio en la competición europea. Yo abogo por la ampliación a 32 equipos con 8 grupos de cuatro equipos cada uno. Una liguilla a ida y vuelta donde se clasifiquen los tres mejores de cada grupo que pasarían a una segunda fase de 6 grupos de también cuatro equipos. Para pasar esta segunda fase se clasificarían los dos primeros de cada grupo y los cuatro mejores terceros. 16 equipos para un Play Off de octavos más otro Play Off de cuartos. De ahí a la Final Four. Más equipos y menor número de partidos intrascendentes. Se solucionaría la deuda histórica con el bloque del Este y permitirían que esos equipos competitivos tuvieran algo más a decir en Europa. Démosle la voz y permitamos darles una oportunidad para ello.



Velimir calificó la primera fase como una locura


Foto: En portada, Vladimir Veremeenko, del Dynamo San Petersburgo.