La genialidad frente a la disciplina

Entre las competiciones internacionales, la Euroliga y la consecución del MVP de Juan Carlos Navarro, se ha dejado de lado el derby madrileño más interesante de los últimos años. De la notoriedad se ha pasado a la pseudoclandestinidad del encuentro. De lo trascendental a la relatividad. Como si el duelo entre el Estudiantes sea sencillo y fuera un mero trámite, mientras la liga regular se convirtiría en un mano a mano contra el Tau. Nada más lejos de la realidad, el Estudiantes no deja de ser el primer puerto de montaña de unas jornadas a cual más intensa. Mañana frente a los del Ramiro de Maeztu, la semana que viene frente al Alta Gestión Fuenlabrada, la siguiente contra el Barça y como colofón contra el Gran Canaria. Es decir, ni más ni menos que equipos que cuentan con calidad y con efectivos en la zona. La auténtica prueba de regularidad para la percusión madridista. Tambores frente a tambores.

En el partido de mañana el Estudiantes se enfrentará al equipo con mejor ataque y mejor defensa en estas ocho jornadas, un promedio de 84 puntos anotados frente a 67 encajados de media. Un equipo que cuenta con una importante legión de jugadores dotados de un gran físico, Hamilton o Varda por un lado, y de una excelente mobilidad como Hervelle o Felipe Reyes. Pero un equipo similar al que tienen en frente. Tanto táctica como físicamente se tratan de equipos construidos bajo el mismo patrón. Puede ser un encuentro en el que se anulen todos por concreto y se decida por pequeños detalles. La calidad de Bullock, que nunca sale en los encuentros importantes, o bien la inteligencia de Pedro Martínez para negarle la oportunidad de decidir el encuentro con diversas tácticas ya preparadas. No en vano hablamos de uno de los entrenadores más meticulosos en esta materia.

Estudiantes basará su juego en la veteranía de Gonzalo Martínez y la clarividencia de Sergio Sánchez y Javier Mendiburu. De ello dependerá la imposición del estilo que ha caracterizado a Estudiantes en las últimas jornadas. Un estilo que se antepone la mobilidad a los ataques estáticos. La mobilidad de Will McDonald, Jasen e Iturbe irá de inicio a cargar de faltas a Hervelle en un inicio, y más tarde a Venson Hamilton, el otro jugador que más faltas comete del equipo blanco. Lo que provoca la salida de Ratko Varda, mucho físico y contundencia pero incapaz de contener todo un juego interior. Por su parte la salida de Felipe Reyes aporta mayor trabajo en el poste bajo tanto en puntos como en rebotes, pero en partidos ajustados los jugadores centran en el sus esfuerzos defensivos dada su escaso acierto en los tiros libres. Aunque este año ha mejorado en este aspecto.

Físicamente el Madrid es un equipo más fuerte, pero el juego interior de Estudiantes es muy dinámico. Muy rico en recursos. Por contra el Madrid es un equipo que hace del simplismo su modus vivendi. Todos corren, todos defienden y en los momentos apretados todos a depender de Bullock. Una apuesta que hasta ahora le sale bien pero ante la diversidad que puede ofrecer el Estudiantes o el TAU puede diluirse por momentos. No hay un estilo propio, sino más bien se persigue el tópico de "laissez faire" a los que mandan en el vestuario. La apuesta, aún así, es más coherente con las limitaciones que les persiguen. De hecho el primer paso hacia la grandeza parte del autoreconocimiento de las mismas carencias. Por jugarse en Vistalegre doy mayores opciones al Real Madrid, pero no por ello le resto opciones a Estudiantes. Será un partido de pequeños detalles, y donde los ramalazos de genialidad acabaran por declinar hacia un lado u otro la balanza.