lunes, septiembre 11, 2006

Mr Chelsky entra en escena

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En Inglaterra ya han comenzado la carrera hacia Londres 2012. Autoridades, instituciones deportivas y empresarios bien del país o bien del extranjero están decididos a que la cita olímpica de aquí a seis años sea todo un éxito. El éxito deportivo debe ir ligado al éxito económico, al igual que en Alemania como organizadora del mundial de fútbol, el Reino Unido necesita revitalizar su economía y este evento debe ser la punta de lanza. Los clubes cambian de propietarios, éstos invierten en construir escenarios deportivos mucho más grandes. Véase el Emirates Stadium como recinto del Arsenal o bien los nuevos estadios que plantean construir Chelsea y Liverpool. Si a esto añadimos la remodelación total del símbolo del fútbol británico, Wembley, se puede observar que la inversión en infrastructuras es muy elevada. Nada surge por casualidad.

Para Inglaterra el año 2005 no fue un buen año económico. Una de las causas que lo justifica es su posición en la guerra de Irak, si bien no ha sido un factor decisivo si ha hecho aumentar la incertidumbre en los mercados mientras la confianza empresarial ha decrecido. A esto hay que añadir la problemática que arrastra ser un foco de ataques terroristas, como el año pasado el día después de la elección de Londres como sede olímpica o bien lo acontecido hace apenas dos semanas que mantuvo bloqueada Londres durante una semana. Otro motivo que se argumenta es el hecho de no pertenecer a la unión monetaria y la debilidad que muestra el Dólar desde la aparición del Euro. Su economía creció a un ritmo del 1,5% anual, níveles tan bajos no logrados desde el gobierno de John Major, la inflación por las nubes y para colmo sus principales empresas son sorteadas entre las más importantes de Europa. Desde el Abbey por parte del Banco Santander a O2 por parte de Telefónica, son meros ejemplos de la liberalización del mercado en Londres pero también se evidencia la débil posición de fuerza para evitar que los principales activos económicos pasen a manos extranjeras. La economía no crece pero crece el interés del exterior en invertir en Londres. La City por ello se encuentra en plena ebullición, cada año se incrementa el interés de las multinacionales en situar sus centros de operaciones en Londres. El capital exterior como principal motor de una economía estancada. Actualmente en este año 2006 las previsiones han aumentado. Han aumentado la matriculación de vehículos , las ventas al por menor y la producción como la productividad industrial. Son buenas noticias que alibían la situación de Tony Blair tanto en el gobierno como en su partido. Al menos hasta mediados del 2007.

Martí Perarnau en su blog la semana pasada reflejó la coincidencia de la compra masiva de clubes deportivos ingleses. Chelsea, Manchester, Fulham, Portsmouth, Aston Villa o West Ham han sido adquiridos por fondos de inversión o bien de la Europa del Este, Rusia o bien Estados Unidos. Esta coincidencia va a provocar que tanto UEFA como FIFA investiguen sobre este asunto.No sólo afecta a sociedades futbolísticas, cotizando en los mercados de valores muchas de ellas, sino que afecta también al baloncesto británico. El principal club británico, London Towers está en venta. Roman Abramovich principal favorito para la adquisición.

La afición que pueda existir en Inglaterra hacia el baloncesto es mínima. Se encuentra focalizada en los sectores más minoritarios del país. Como en toda actividad cultural, Inglaterra se muestra muy cercana a Estados Unidos, bien en la música, literatura, teatro, el cine, las artes plásticas o la cocina. Quizás en el deporte se encuentran mayores hechos diferenciales. Lo cierto es que en el baloncesto, si los ingleses muestran mayores complicidades es en el concepto NBA antes que el concepto FIBA. Ante todo los ingleses son partidarios del espectáculo deportivo con grandes y mejores puestas de escena, ocurre en el fútbol y ocurre en el baloncesto, un reflejo de la sociedad londinense más contemporánea. Deportivamente, existen jugadores interesantes nacidos en Inglaterra, Robert Archibald y Betts que militan en la Penya, el ex-Akasvayu y ahora de Polaris Murcia Terrell Myers, o la promesa del Ramiro de Maeztu, Daniel Clarck. Existen jugadores británicos en la NBA como Luol Deng, que ya ha anunciado que participará con el Reino Unido en las olimpiadas del 2012. El horizonte que se han planteado las instituciones que velan por el baloncesto en ese país.

Referente al equipo en cuestión. London Towers es un equipo joven, fundado en 1984. Apenas 22 años de historia. Su nivel competitivo actual se encuentra más próximo a la Liga LEB española que a la élite marcada en la ACB. Ni económicamente, ni estructuralmente ni deportivamente es comparable. No son capaces de llenar un pabellón de 3.500 personas, requisito mínimo para pertenecer a la élite competitiva. Los planes para cambiar la situación pasan por tres pilares principales, mejorar el nivel competitivo, adecuar las infrastructuras y disponer de un presupuesto acorde a un equipo que aspire a conquistar la Euroliga antes de 2012, para ello la piedra angular pasa por organizar la fase final de la competición.

Deportivamente, el club aspira a contar con los mejores jugadores británicos y algún refuerzo norteamericano para aumentar el bajo nivel actual competitivo que el club dispone. La competición británica se caracteriza por su debilidad pero sobretodo por el bajo interés que genera. Nada que ver con el bajo interés que Juan Mora nos hace creer de la ACB. Esta competición serviría de rodaje del equipo, un equipo centrado en conquistar la Euroliga.

Estructuralmente, los planes cuentan con la construcción de un pabellón en Earls Court, cercano a Stamford Bridge. Este pabellón se calcula que acoga entre 10.000 y 15.000 personas. La cifra no es casual, si se aspira a organizar una fase final el número de espectadores debe rondar esa cifra.

Económicamente se va a presupuestar este año unos 10 millones de Euros, para el año siguiente se planea invertir unos 25 millones. Siempre y cuando la ULEB les otorgue una wild card (invitación) la siguiente temporada, para poder competir en la Euroliga. Esta cantidad presupuestada es aproximadamente lo que generan los clubes de la élite continental. Panathinaikos, TAU, Olympiakos, Barça y CSKA. Se trata un presupuesto para poder aspirar a ganar la competición. Un presupuesto para disponer de al menos tres cracks en la plantilla. Un presupuesto que sea capaz de hacer cumplir las espectativas que puede crear este equipo.

La propuesta leida es similar a la que se realizó en Tel-Aviv con el Maccabi. Una competición liguera que sirva de entrenamiento y todo centrado en conquistar la máxima competición continental, el camino del éxito diseñado por los hebreos. A través del nivel competitivo se podría generar una mayor afición a este deporte, aunque todo hace pensar que también pueda estar enfocado para albergar una franquicia NBA en Londrés, algo que puede tener sentido dada la complicidad que existe entre británicos y el baloncesto americano. Lo cierto es que algo ha sucedido para que Abramovich quiera invertir en un deporte marginal en Londres, y algún interés ha podido percibir para actuar de esta manera. Lo definitivo es que pondrá nombre al club, Chelsea London Towers, y lo que ya todos conocemos, Abramovich demuestra ser el principal mecenas del deporte británico. Ahora también en el baloncesto.