miércoles, septiembre 20, 2006

La selección femenina ante su gran desafio.


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Porque ellas también saben. Hoy la selección española se mide a Rusia en los cuartos de final del mundial de Brasil. He de reconocer que no he seguido al detalle la evolución del torneo femenino, aunque he estado al corriente de su situación en todo el momento. El baloncesto femenino no tiene nada que ver con el masculino, más de fuerza y físico, más salvaje o natural si quieren. El baloncesto femenino es mucho más preciso. Si el masculino supondría un evento visceral la variante femenina es mucho más calmada, pausada y quizás mucho más reflexiva. Es un baloncesto distinto, por no hablar de un deporte diferente.

El ejercicio de interpretar los partidos de baloncesto femenino no obstante es similar. Si bien todo no depende del equilibrio que pueda existir en el talento, el físico y la mentalidad, si existen factores para determinar un partido u otro. Al igual que en la categoría masculina todo gira en torno a la base, al ritmo. Es en ello donde la selección española es muy superior a muchas que se presentan en el torneo. Véase Lituania. Se han presentado con varios perfiles distintos pero de mucha calidad, desde una Laia Palau incombustible, una Marta Fernández pletórica o una Nuria Martínez indescriptiblemente única, la mejor en la dirección bajo mi gusto en estos momentos y si me permiten el pilar del futuro donde se construirán nuevas selecciones. Sobre estas tres la selección femenina hace desarrollar un concepto distinto del juego. El de la técnica y el control.

Si bien ellas hacen funcionar el equipo, la que le da el plus competitivo es Amaya Valdemoro. La más mediática, la de mayor y mejor palmarés y lógicamente la que tiene mayor experiencia internacional, focalizada en las dos ligas de mayor incidencia económica como son la WNBA americana o la Liga Rusa. En ella se basan fundamentalmente las esperanzas de la selección en este mundial. Es la más completa. Manda, anota, defiende como la que más y tiene una extraordinaria capacidad para el rebote. Se comete el error de compararla con Pau Gasol por su impacto mediático pero lo más idóneo es vincularla a un perfil más similar al de Carlos Jimenez por su polivalencia.

La zona es una de las asignaturas pendientes de la selección española, de gran calidad sólo destaco a Anna Montañana y a Eva Montesdeoca, que es la principal pareja de baile en la pintura. Anna Montañana es la mayor aportación reboteadora en la pintura mientras Eva Montesdeoca es la que más y mejor se centra en la faceta defensiva. Ambas no destacan en la faceta ofensiva. Limitan sus funciones a efectuar bloqueos para abrir espacios desde el perímetro que son aprovechados por Valdemoro y Marta Fernández. A pesar de su altura 1.96 aproximadamente cada una no son las que mayor presencia física se pueda presentar en la zona. De ahí que el rol de las pívots españolas se limita más a un aspecto táctico del juego. A diferencia del masculino de élite donde es necesario disponer de hombres multifuncionales en la zona.

La zona es el principal lunar de esta selección. España no domina en ese aspecto del juego y precisamente hoy se enfrentarán a un rival que si que lo domina a la perfección como es Rusia. Para hacerse una idea España promedia unos 29 rebotes por partido, Rusia aproximadamente más de 40, la mayor parte de ellos defensivos, por lo que conviene no abusar mucho del lanzamiento exterior y aprovechar los bloqueos que posibiliten espacios para romper la zona que puedan plantear las rusas. Por alto será casi imposible pasarlas, cuentan con Stepanova que mide 2.03 y que supone una muralla en cuesta arriba. Shchegoleva su compañera de baile es quizás la mejor ala pivot de Europa en estos momentos y es la que aporta mayor equilibrio en defensa y ataque. Ellas dos capturan más rebotes que toda la selección española. Su principal virtud.

En la dirección y en el perímetro cuentan con múltiples variantes, desde Rakhmatulina que aporta el ritmo y una tremenda capacidad para romper las zonas desde el perímetro cuando es preciso hasta una Ilona Korstin que complementa la aportación ofensiva en su selección. En la posición de aleros cuentan con dos jugadoras con un físico (deportivo) privilegiado, Arteshina y Vovopynova ambas de 1.90 que les permite atacar y defender con suma facilidad posibilitando una imagen de conjunto muy equilibrado como es Rusia en estos momentos.

El partido de hoy es complicado, se debe reconocer que la empresa no es nada fácil. No bastará como contra Lituania de los 30 puntos que pueda anotar Amaya Valdemoro puesto que será defendida por estas dos útimas que he citado. Además que la conocen muy bien por haber jugado en la liga rusa. Será necesaria la aportación de todas y cada una de ellas. Neutralizar el poderío en la pintura y ser más inteligente que ellas. Sino se correrá el riesgo de dejar a la naturaleza que haga lo que crea conveniente.



Foto: En portada Nuria Martínez, el pilar del fúturo en esta selección