Diario de un Copero.

El segundo post de hoy nos lo obsequia nuestro corresponsal desinteresado desde Málaga. Desde aquí agradecerle su tiempo invertido en contarnos su experiencia y a vosotros recomendaros su lectura. Vale la pena.

Episodio 1. Encuentros en la Primera Fase.

Empezó la Copa, quizás la competición europea mas apasionante después de la Final Four de la Euroliga. Previo los partidos, ha tocado el primer aterrizaje y contacto con Málaga. Caminata por las calles en busca del hotel, descubrir restaurantes y cafeterías, así como llegar al Martín Carpena y tomar posiciones de asiento.

Todo alrededor de la Copa es una fiesta. La propia llegada al hotel ya te muestra que todos se vuelcan con la competición (vale, también les va el negocio, pero es de agradecer…). Los primeros paseos por la ciudad nos muestran la “religión” que se ha creado alrededor del baloncesto: cuando dos grupos de seguidores con bufanda se cruzan, se saludan efusivamente animando recíprocamente al oponente. Bien, una excepción, los canarios cuando han visto a seguidores del Madrid, pero siempre en clave de humor y buen rollo. Es como pertenecer a una gran hermandad, y que se ha peregrinado hasta muy lejos para contribuir al fenómeno creado por la afición al deporte del Baloncesto. Además, oyes por los comentarios la gran cantidad de gente que tenía vuelo y hotel reservado, pero no consiguió abono. Ya puestos, se han apuntado al viaje para también pertenecer al grupo de peregrinos y, si existe la posibilidad de comprar en la reventa, pues mejor.

En el pabellón de deportes, se notan las diferentes zonas y colores de cada equipo. Todos volcados a animar lo que no animan en su propia cancha, pues se es consciente del momento en el que se vive, y del trofeo que se juega.

En los dos primeros partidos, extra-deportivamente hablando, se ha notado la intensidad a flor de piel a base de jadeos, emociones, cánticos y calamidades al absurdo que aporta ver un partido en directo.

En un partido he acabado sudado como si hubiese jugado, y en cambio en el otro he acabado de la misma forma que empezó. Quizás debe ser que hoy se ha visto un tremendo choque entre dos equipos igualadísimos (Girona – Penya), tanto en ataque como en defensa. El destino ha hecho que ganase el que tiene oficio, en contra de los nervios de los “novatos”. Era tal la pasión del “pequeño”, que ha contagiado el buen sabor de boca que se tenía a un minuto de la finalización del tiempo con aficiones del Málaga y del Baskonia. Los primeros, se la tienen jurada a la Penya por sus dos encuentros en Euroliga, mientras que los vascos… se han apuntado y punto. Al otro lado del pabellón, la afición verdinegra animaba tímidamente en solitario (tenía a un lado los del Barça, y al otro los del Sevilla), y solo se han empezado a oír cuando Marcelinho ha volcado él solito el partido. Impresionante el chaval que, con la explosión de Ricky Rubio, no había vuelto a levantar cabeza, y Aíto lo ha sacado como la “carta a Cara o Cruz” a los 4 minutos del final.

En cambio, el segundo partido (Málaga – Barça) lo único que ha valido la pena de ver es la afición malagueña, que a pesar de perder por 16 puntos sigue cantando y animando. De hecho, las aficiones con charanga musical contagian fiesta y diversión. Del partido, mejor no hablar, pues ha habido poca aportación en comparación al primero. Lo dejaría en que hoy se ha visto un partido digno de semis, y otro que podía pasar por cuartos de final. Seguramente lo que nos espera mañana es más de lo segundo que de lo primero.

Y una vez suena la bocina final, se desata la guerra por la reventa, atacando a las aficiones perdedoras que no han tenido tiempo de digerir la derrota, a la busca de abonos para la siguiente jornada. Cruel, pero cierto. De Girona han venido bastantes aficionados (casi todos con entrada), pero básicamente los que la ACB ha entregado a los clubs. En cambio Málaga ha dispuesto de un número mucho mayor de entradas, por lo que por cercanía de los asientos, prevengo que el viernes habrá unos 1.500 aficionados del Baskonia. Otra charanga y otros partidos “dignos de cuartos de final”, sin menospreciar a Canarios y Sevillistas.

Por último, una anécdota ya hablada y comentada en el foro de Capi: hay que ver el cachondeo en la afición malagueña cuando entraba Roger Grimau, sentando a Navarro. Cada vez que hacía una acción “voluntariosa” pero ineficiente, todos gritaban “ése es mi Grimau, este es el Espíritu Grimau”, con esperanzas de recuperar el partido. Desde el punto de vista malagueño, muy humorista. Desde el punto de vista barcelonista, muy cruel.