Mano de pintura rápida en el Palau

Victoria a contrapronóstico del Barça frente a Akasvayu. Una victoria que nadie se esperaba, en cuanto a brillantez y eficacia, visto lo visto en jornadas anteriores. La victoria más convincente desde finales de la liga regular la temporada pasada. Tanto que da lugar a sospechas. El primero que lo hace es el entrenador, que sin tapujos y siendo inconsciente de haber salvado un match ball lanzó el dardo a sus jugadores. Motivos habrá pero uno duda que sea motivo de la actitud. La semana pasada ya enterramos el mito del corazón como motor del deportista. Quizás debamos enterrar la leyenda urbana de la falta de actitud cuando lo que se quiere ocultar son precisamente las lagunas tácticas.

El Barça no ganó sólo por actitud o por corazón. Ganó por inteligencia defensiva hasta tal punto que acabó desquiciando a Pesic en la banda del Palau. La estadística, que es el principal referente de la crítica, servirá para resaltar a Fran Vázquez o los triples de Basile, o el trabajo de Rodrigo de la Fuente o las estériles "bombas" de Navarro. La crítica hará resonar las edulcoradas crónicas deportivas coincidiendo en la mejoría del equipo. Aún así, el Barça sigue siendo lo mismo, y la victoria habría que entenderla como una mano de pintura debajo la cual se encuentran tuberías corrosionadas que partido a partido filtran las miserias de este equipo.

Al apelar a la inteligencia defensiva hago referencia a dos jugadores, Basile, cada día está mejor, y Lakovic, primordial en el orden defensivo, ambos, fueron vitales para desactivar la velocidad de Marinovic, el empuje de San Emeterio y el ritmo de McDonald. Los tres funcionan y se definen como el principal motor del equipo de Pesic. Unos pilares que permiten que Marc Gasol disfrute de minutos en la pista junto con German Gabriel, pero no favorece que la persona crezca como jugador. No le favoreció ayer porque el librito de Pesic es exitoso pero Ivanovic fue el primero en hacerlo cuestionar. Es de todos sabidos que el librito contempla el juego a partir de la posesión y de hacer mover a la pelota, y para evitarlo Ivanovic no dudó en situar jugadores que supieran garantizar la posesión. Lakovic y Basile alentían el ritmo mientras Ukic, esta vez sí, dinamitó el partido con su explosividad.

El Barça movió sus bazas, pero es de justicia reconocer que fue Akasvayu quien perdió el partido. El duelo era muy igualado hasta el último cuarto en el que perdieron los papeles ellos sólos. Una vez comprobado el antídoto de Ivanovic, muchos equipos querrán imitarlo, aunque les será dificil igualar la gesta del Barça debido a que intuyo pocas derrotas para el equipo de Pesic. En todo caso creo que unicamente TAU, Unicaja (para la segunda vuelta y/o Copa del Rey) o Estudiantes tienen el nivel competitivo para tutear al Akasvayu.

Ahora, no todo es oro lo que brilla en el Palau. Ayer fue antetodo un partido brillante pero con un desenlace excesivamente cruel. A día de hoy es dificil percibir una idea de juego distinta a la de la temporada pasada, es más, me mantengo en que el Barça depende en exceso de los hombres del perímetro. Pese a Fran Vázquez, la pintura sigue siendo un coladero. De los 67 puntos, 35 fueron a costa de Fucka, Marc Gasol y German Gabriel. Cierto es que tanto San Emeterio, 3 puntos y Marinovic, 7, no estuvieron muy finos por un lado y marcados por otra parte, pero estamos hablando de un equipo en crecimiento y con una idea clara de juego, cosa que el Barça carece. Muy a pesar del resultado y de la brillantez en la victoria, pero considero que el Barça ganó ayer por no dejar jugar al equipo contrario, no por ser mejor. En definitiva, mucha brillantez pero las miserias continúan.



Foto: En portada, Rodrigo de la Fuente defiende a McDonald, la cara y la cruz del partido de ayer.