Cuando la experiencia desequilibra la balanza.

Si el viernes se convirtió en un mero aperitivo lo de ayer fue la degustación de un menú completo. El partido de ayer cumplió con las espectativas ya depositadas, dos grandiosas plantillas frente a frente estableciendo una rivalidad que o bien perdura en los próximos años o bien permanecerá en la memoria de los que la presenciaron. Un Unicaja TAU se puede considerar a la altura de los grandes enfrentamientos en el escenario europeo, disponen de grandes estructuras, buenos componentes y la mentalidad adecuada para ofrecernos un gran espectáculo durante cuarenta minutos. Es lo que disfrutamos ayer, los partidarios o ajenos a los colores que se enfrentaban ayer. Simplemente un colosal partido de baloncesto.

Si he de catalogar el partido de ayer quedaria clasificado en la intensidad. Y eso en pretemporada es mucho decir, pero sobre la pista se situaban dos plantillas con una mentalidad competitiva fuera de lo comun actualmente en la ACB. Tan distanciada de Akasvayu, Barça, Madrid o Penya. Una mentalidad que se transmite desde el banquillo por Scariolo y por Perasovic y que se refleja en la pista por los dos mejores bases de la competición Pepe Sánchez y Pablo Prigioni. Ayer colosales los dos y bien secundados por Planinic y por Cabezas. El ritmo del encuentro fue el adecuado para un partido de cuarenta minutos. Un partido que carecía de dominador y de dominado, ambos planteles se resistían a ceder el control del partido. Fue un partido de constantes golpes psicológicos, se cedían ventajas como máximo de 7 puntos pero rapidamente los peones contrarios trabajaban para igualar el resultado. Esa fue la constante y el principal argumento de juego. Un partido para mentes lúcidas y expertas. Era el partido que nos ofrecían Prigioni y Pepe. Todo un regalo.

Durante el partido aparecieron nuevos actores en un bando y el otro, apareció Berni Rodríguez que desde que se fue Walter Hermann ha progresado notablemente. Scariolo tenía razón cuando es partidario de fichar a los mejores extranjeros para hacer mejores a los de casa. El progreso de Berni no se entendería si no hubiera competido con Hermann. 31 minutos en pista para el capitán de Unicaja. Otro actor de reparto que tuvo un papel importante pero esta vez en el TAU fue Sergi Vidal, un beneficiado de la marcha de su principal competidor, Travis Hansen. Entrenar con Hansen le ha impedido disputar el mundial de Japón, pero le va a posibilitar realizar una gran temporada alternándose con Fred House que fue quién dinamitó el partido en el último cuarto.

Ambas plantillas están muy equilibradas. A diferencia del Barça o Madrid, Unicaja y TAU han fichado especialistas donde antes habían carencias. El TAU ante la irregularidad de Ukic y Hansen han fichado a Planinic y Fred House. Ante la inconsistencia y/o estancamiento de Jacobsen y Kornel David han fichado futuro con Teletovic y excesiva consistencia con Kaya Peker. Ante las dudas físicas de Scola han contratado a otro especialista para tapar agujeros como es Fajardo. No son hombres brillantes pero son especialistas de sus principales virtudes. El TAU a diferencia del Barça ha sondeado especialistas, porque por cultura empresarial no son partidarios ni de las sorpresas ni de las incertidumbres. Si el Barça vende humo el TAU vende un producto tangible. Por eso el TAU genera confianza donde en otras plazas se siembra el desconcierto.

Unicaja sin embargo nos ofrecerá otra forma de jugar distinta a la temporada pasada. Una mezcla de eclecticismo y explosividad. El silencio elocuente de Pepe Sánchez más el dinamismo de Berni Rodríguez, Jiri Welch, Carlos Jiménez y Lorbek. El cambio es tan grande que si hubieran jugado como la temporada pasada Iñaki de Miguel no hubiera jugado sólo cinco minutos como ayer. No obstante bien aprovechados puesto que tuvo tiempo de capturar cuatro rebotes. Más que cualquier jugador del Barça en el partido del viernes.

Una jugada que delató el dinamismo en pista de Unicaja fue en el último minuto del choque. Una rapidísima combinación de lado a lado de la pista que puso en jaque la defensa zonal del TAU. Una combinación de movimiento de balón espectacular que no se materializó por el lanzamiento erróneo por parte de Pepe Sánchez.

Fue un encuentro constante. Intensidad, dominio, mentalidad y mucha calidad en la pista, en definitiva, los mejores ingredientes que se pudieran degustar. No ganó el mejor sino el más experto. No en vano el TAU ha disputado siete fases finales consecutivas. Fue la experiencia el hecho diferencial el encuentro tan igualado de ayer. Fue el motivo de desequilibrio hacia un lado de la balanza. Esta vez hacia terreno baskonista, aunque esta rivalidad promete. ¿ Habrá venganza en la Copa?