jueves, diciembre 07, 2006

Llega la fiebre amarilla al Palau

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Llega al Palau el Aris de Salónica. Socialmente y sobretodo en materia deportiva al tratar el baloncesto griego siempre acabamos relacionándolo con el Olympiakos y el Panathinaikos. En un segundo lugar de notoriedad situamos al Paok de la misma ciudad de Salonica, y posteriormente viene a la cabeza el equipo del Aris. Y eso que se trata del segundo equipo con mayor palmarés en Grecia, justo después del Panathinaikos. Aunque bien es cierto que ha sido un club que como la Penya muy a pesar de su grandeza ha pasado por un periodo oscuro del cual parece que vuelve a resurgir.

Hace apenas unos meses tratamos sobre la grandeza de los equipos. Es relativamente plausible el alcanzar el éxito pero dificil mantenerse. Pusimos el ejemplo del Barça o del TAU como equipos de éxito relativamente joven mientras que el Aris de Salónica es un ejemplo de todo lo contrario. Su etapa dorada fue en los años 80 y de la mano de dos auténticos mitos del baloncesto griego, Nikos Gallis y Panagiotis Giannakis, actual seleccionador griego, éste último fue el pilar fundamental para hacer del baloncesto griego una referencia competitiva en Europa. Alcanzaron tres Final Four consecutivas, la del año 1988 en Gante que ganó el Tracer de Milan al Maccabi de Tel Aviv, la del año 1989 en Munich y la del año 1990 en Zaragoza recordadas ambas por haber enfrenado quizás a los dos equipos más grandes de todos los tiempos, la Jugoplastika y el Barça. Tres Final Four consecutivas y en ninguna de ellas no pasaron más allá del primer partido perdiendo Giannakis una oportunidad para consagrarse dentro de los más grandes de todos los tiempos.

Pero como todo equipo grande debe consagrarse con algún título europeo, el Aris lo consiguió con una Recopa en el año 1993. Fue a partir de ahí cuando comenzó el declive de este histórico equipo, un declive que llegó hasta el año 2003 cuando se clasificó en la Final Four de la Copa ULEB, perdiendo en la final contra el Prokom Trefl. Perdieron pero parecieron decir a Europa que volverían a formar parte de la élite competitiva.

El equipo que presentará el Aris en el Palau es un equipo simple, basan su fuerza en su propia cancha, es más todas sus victorias han sido precisamente en su cancha, una pista de 5500 personas caracterizada con la puesta de escena propia en Grecia. La columna vertebral del equipo está formada por Terrell Castle, el ex madridista Alex Scales, Jeremiah Massey y Michael Wilkinson. Ambos juegan alreredor de 30 minutos por encuentro. Un núcleo principal procedente del baloncesto americano, tanto Castle como Scales y Massey son hombres que suelen hacer transiciones ofensivas muy directas. El principal problema reside en que ninguno de ellos es especialista en el lanzamiento exterior, a excepción del exmadridista, aunque sus porcentajes desde el exterior no son una maravilla.

Castle es un base que fuerza muchas pérdidas pero también es muy arriesgado con la posesión. Es un base muy débil mentalmente que se esconde con suma facilidad cuando su equipo ejerce de visitante. Su base suplente es Savvas Iliadis, un hombre de un perfil muy secundario de perfil mucho más defensivo. En el perímetro les acompaña Scales, el verdadero motor ofensivo del equipo, rápido y decisivo, alterna el lanzamiento exterior con las penetraciones a canasta. Podríamos decir que es el único argumento ofensivo del conjunto grieo por lo que anularlo resultaría importante para que el partido transcurra de manera plácida en el Palau. Le secunda Giorgios Sigalas aunque como ley de vida ya no es quién era, su labor es más bien oscura y de equilibrio en un equipo muy descompensado en todas sus líneas.

Uno de los hombres a tener en cuenta es Simonas Serapinas. Un alero de 1.97 del Zalgiris Kaunas como denominación de origen. Es tremendamente letal en la larga distancia y su principal argumento. suele disputar varios minutos con el marcado a favor, pero si el Barça consigue neutralizar a Scales puede ser el principal revulsivo para romper la defensa barcelonista. Otro recurso puede ser el de Mahmoud Abdul-Rauf de 37 años pero cuyo papel es muy secundario en este equipo.

En cuanto a loshombres altos, el mencionado anteriormente Massey, Wilkinson y Giannoulis son los hombres a tener en cuenta. Son pivots que no sobrepasan los 2.05. Jeremiah Massey, con apenas 20 años, es el principal bastión en la pintura, promedia unos 9 rebotes por partido siendo el más importante en el rebote ofensivo. Tiene una buena mano para los tiros libres, sólo ha fallado 2 en toda la competición. Su aportación ha ido creciendo en los últimos partidos, por lo que es un hombre a tener en cuenta. Su compañero en la pintura es Michael Wilkinson, menos eficaz pero bastante brillante en la defensa. Suele robar bastantes balones, aproximádamente casi 4 por encuentro. De Giannoulis no hablaremos porque lleva varias semanas lesionado, aunque es duda. Si se recuperara la pintura tendría mejores efectivos, porque lo que son los suplentes no son realmente de garantías y apenas juegan.

En definitiva, es un equipo que muestra su mejor versión en su propia pista. Lo más seguro es una victoria por más de 20 puntos. Sus promedios ofensivos son de 65 puntos a favor y 69 en contra. Dirigidos por el joven napolitano Andrea Mazzon, intentarán realizar un encuentro muy trabado. Por lo que convendría encarrilar el partido en el primer cuarto para evitar sustos mayores. Si buscamos comparaciones sería un hibrido entre el Bruesa por los escasos argumentos y el Eldo Napoli por la manera de afrontarlos. Aunque en Grecia se mostrarán muy distintos...




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