¿Pretenderá Navarro romper las tablas de la ley?

Límite 24 horas y ya se insinúa que los representantes pretenden que el Barça amplie el plazo impuesto por el Barça para clarificar su futuro. No le queda otra a Juan Carlos Navarro que de otra manera deberá mañana dar una rueda de prensa anunciando, o denunciando, su situación permaneciendo en el Barça. Todo lo que haga o diga no esconderá su mala gestión en su salida del baloncesto europeo. Todo lo que haga o diga se girará en su contra para marcharse a la NBA. Cualquier persona que insinúa un ataque en la línea de flotación de cualquier estamento estadounidense es observado, o vigilado, bajo lupa, para prevenir sus movimientos. Dicho de otra manera, en cualquier situación que se desarrolle a partir de mañana sólo hay una persona perjudicada: Juan Carlos Navarro.

Parece que, Juan Carlos Navarro, después de tanto tiempo, no se da cuenta que a quién más está perjudicando, a parte de a él mismo, es ni más ni menos que a su actual equipo. No sólo económicamente sino socialmente. Muchos, los interesados, son los que se han lanzado a la yugular del presidente del club por facilitar su marcha, curiosamente los mismos que denunciaban la tiranía del club por no escuchar las inquietudes del jugador. También serán los mismos los que criticarán al club por permitir que el Barça sea el segundo plato de un deportista. Navarro será el primer jugador en la historia de la sección que decide entrar y salir de la plantilla cuando a él le convenga, bajo el estéril argumento que ha dado cuerpo y alma por el club. Obviamente nadie señalará los flirteos del jugador con el Maccabi o el CSKA. Lógicamente nadie dirá nada de que su esfuerzo le es correspondido con una de las fichas más altas del baloncesto europeo. Tan alta que poco más se atreven a ofrecer en la NBA: 2 millones de euros limpios, frente a los 4 millones de euros brutos que le ofrecen las franquicias americanas.

Las últimas novedades es que Navarro se ha dirigido por escrito a David Stern para que haga de interlocutor. De vergüenza ajena. Lo que pretende Navarro no lo ha conseguido ni siquiera los jugadores más poderosos de la NBA en toda la historia, a través de las numerosas huelgas que han afectado a la competición, incapaces de adquirir parte del gran poder que tienen las franquicias estadounidenses. Ni más ni menos que el control de su propio destino deportivo. Lo que pretenden los representantes es cuestionar el sistema de contratación de los jugadores. Navarro está mas cerca de convertirse en el agitador antisistema del baloncesto americano. Y eso sin haber pisado territorio americano. Un sistema de contratación absolútamente intervencionista que aboga por fortalecer a los débiles para debilitar a los que disponen de la hegemonía. Unas normas del todo discutibles pero que a día de hoy ningún jugador se ha atrevido a luchar frente a ellas, americano o no. Un sistema que ha perjudicado a jugadores de la valía de Stockton, culpables de la penitencia de Kevin Garnett y condescendientes de la indiferencia que generaban o bien John Salley con 4 anillos o bien Robert Horry con 7.

Y es que "La Bomba" pretender dinamitar la identidad de una competición como la americana. Poderosa económica como mediáticamente, vehículo de las bondades del way of life estadounidense y destino de los sueños de miles de niños en todo el planeta. Con sus virtudes y defectos. Una competición aceptada y deseada tal y como es. Adelantada en muchas cosas, estancada en otras tantas. Ni mejor ni peor, simplemente diferente. Por eso antes que cuestionar, amenazar o romper con las normas establecidad conviene otra actuación: respetar y aceptar la situación planteada, ya que no es ni el primero, ni será el último jugador afectado. Y por supuesto tampoco será el primero en cambiar las cosas.

Un tunel sin salida, por The Digital Garden