Un secuestro que acabará pagando el Barça

Faltan dos días para que el plazo que el Barça ha dado a Navarro para buscarse equipo en la NBA expire. Oficialmente acabará el viernes en España y de momento no hay síntomas de novedades en el mercado. Ridículo estrepitoso que obligará a Navarro a justificarse y sobretodo que le den las explicaciones sus agentes americanos. Pueden echar todas las culpas a Washington pero lo que ha rodeado a la marcha de la NBA del jugador no se ha producido en ninguna situación. O quizás sí, con los intentos temporada sí temporada también de Daniel Santiago, pero Navarro se trata de una estrella en Europa, y como tal no se merece que sus agentes hayan gestionado precáriamente su traspaso. Ni el Barça tampoco.

Lo mejor para el Barça en estos momentos es que Navarro se marche a la NBA, a riesgo que me crucifiquen un año después si el jugador es decisivo en los próximos logros colectivos. Es lo mejor porque el Barça de una vez ha asumido riesgos neutralizando tabúes. El Barça por fin ha sido valiente y no ha sucumbido a los miedos más propios de la incertidumbre. Unos anunciaban el apocalipsis mientras otros, entre los que yo me encuentro, observaban la planificación de una plantilla equilibrada y competitiva. Subsanando las carencias y obteniendo nuevas fortalezas. Desde un base purista como Pepe Sánchez, a la espera de que se resuelva la fuga del secuestrado, un escolta mucho más completo pero no tan genial como Acker para sustituir a Navarro, un alero con cuerpo de ala pivot a falta del interrogante para completar la plantilla. El Barça, a diferencia de Navarro, sí ha sabido gestionar la fuga del jugador.

Sin embargo la permanencia en la plantilla de Navarro condiciona el futuro del equipo. Por su condición de estrella y sobretodo por el cómo afectará en el juego del equipo. No reniego de su talento pero sí de su reintegración. Desconozco si en el Barça disponen de soluciones en caso de que el jugador no cambie de aires, pero sobretodo desconozco si la permanencia del jugador implicará abandonar la idea inicial en la confección de la plantilla, lo cual me parecería un error mucho más grave que tener a Navarro en filas. Tácticamente porque su permanencia obligaría a prescindir de Sánchez para mantener a Ukic, renuncias a un director de juego para mantener unos recursos ofensivos que hasta la fecha han sido insuficientes. Renuncias a tener más físico en el perímetro para mantener la genialidad que tanto nos ha emocionado como castigado durante esta temporada. Con Navarro en el Barça vuelve de nuevo el desequilibrio. Para lo bueno como para lo malo.

Económicamente es un castigo para el Barça. No es lo mismo fichar teniendo en cuenta la liberalización de la ficha de Navarro, y la de Ukic, más los costes de traspasos, que tener que incrementar el presupuesto para confeccionar la plantilla. El secuestro del que habla Navarro al final lo va a tener que pagar el Barça, y eso es injusto ya que ni el club ni la afición tienen la culpa. Navarro debe agradecer al Barça su esfuerzo, tanto en la salida como en la integración, y la mejor forma de agradecimiento debe ser la de aceptar el ridículo y aparcar de nuevo esta utopia, y para ello nada mejor que renovar contrato con el Barça. Cobrar como el que más y estar lo suficientemente motivado para hacer historia en el club, que hasta ahora, le ha dado todo lo que él ha querido, y más.


Laporta reafirma su apoyo presupuestario al equipo de baloncesto.

Mientras Navarro, a la desesperada, implora a David Sterm